Una mujer conocida simplemente como “La Liliana” es uno de los personajes urbanos conocidos por muchos peatones y conductores que transitan diariamente por las calles de la capital. Lamentablemente este miércoles la conocida malabarista fue víctima de un accidente vial que puso en riesgo su vida.
El hecho sucedió frente al Parque 9 de Julio cerca del mediodía en la avenida Benjamín Araoz al 1100, justo frente a la comisaría 11. Un camión, cuyo chofer es oriundo de Bolivia, atropelló a la mujer cuando a ésta se le cayó la pelotita de tenis con la que intentaba hacer malabares y se agachó a recogerla.
Liliana fue trasladada al hospital Centro de Salud, ya que por el impacto presentaba politraumatismos en sus dos miembros inferiores. La víctima fue derivada a la parte de cirugía y posteriormente a la parte de traumatología, donde los médicos informaron que se encuentra por el momento estable y fuera de peligro.
El hecho fue puesto en conocimiento de la Fiscalía de Turno. Se dispuso que al conductor del camión se le realicen todos los exámenes correspondientes. También se estableció que se constate un domicilio fijo del hombre extranjero en nuestra ciudad, ya que permanecerá un mes aproximadamente por cuestiones laborales.
El único dato que la Policía conoce de ella es que su nombre es “Lili”. Según cuentan los vecinos, siempre está parada frente a la comisaría 11va. pidiendo limosnas. Debido al grave estado en que quedaron sus piernas, ingresó directamente al sector quirúrgico del hospital y, posteriormente fue trasladada a la parte de traumatología.
Aunque tendría familiares y viviría cerca de la calle Cuba, la simpática mujer es más conocida por sus andanzas callejeras, sobre todo por los automovilistas que transitan hacia la zona este de la provincia a localidades como La Banda, Cruz Alta y Los Ralos.
Sería más importante destacar la situación de calle e indefensión social y económica de “liliana”. Cómo es que una persona puede estar años -¡sí, muuchos!- en una muy transitada avenida y frente a una comisaría, casi siempre con evidencias de medicación psiquiátrica, y que el Estado no se haya ocupado de ella. ¡Y no es el unico caso! Saludos