El equipo de Gandolfi se hizo fuerte en el Monumental, ante una desteñida versión del local, que nunca pudo emparejar el trámite del partido.
Atlético y Talleres llegaron al choque en el Monumental con las mismas urgencias, habiendo sido ambos derrotados en la primera fecha.
Pero mientras el local no mostró signos de recuperación, sino más bien por el contrario, los cordobeses controlaron las acciones durante gran parte del juego.
Así y todo, los goles llegaron recién en el complemento, cuando era ya evidente el dominio de la visita sobre un Atlético al que le costaba demasiado generar jugadas de peligro.
Primero fue Pizzini el que, a los 25′ del complemento, encontró la clave para quebrar el cero, mientras que a los 40′, Bustos de tiro libre alargó la diferencia.
Sobre el final, el público local mostró su descontento de la peor manera, agrediendo con proyectiles a algunos futbolistas del elenco cordobés.