El sábado por la tarde, fueron horas de terror para la familia Zurita. Tomasa Haydée, una anciana de 70 años, cruzaba la calle en Santa Fe al 2.800 cuando una mujer que manejaba una Toyota Hilux, la atropelló y se dio a la fuga, dejándola moribunda en el cemento.
Tras el choque, la mujer fue asistida y llevada al Hospital Padilla, allí, les dijeron que había sufrido una fisura de pelvis, le pusieron suero y le cosieron una herida producto del choque recibido, para luego darle el alta, argumentando que se encontraba en buen estado.
Al volver a casa, sus familiares fueron a hacer la denuncia correspondiente por el hecho alrededor de las 23, pero tuvieron que volver de urgencia al hogar porque Tomasa se sentía muy mal. Rápidamente, decidieron llevarla de urgencia a un sanatorio y los médicos del mismo, determinaron que había sufrido varios golpes en la cabeza.
Horas más tarde, la víctima falleció producto del choque y los familiares estallaron contra el nosocomio. “El médico me dijo que le hicieron una tomografía, que tenía una pequeña fisura de pelvis y que no era para preocuparse”, dijo una de sus familiares, que luego agregaron que en el lugar, nunca le habían hecho la tomografía que determinaba la supuesta lesión.
La conductora que había protagonizado el accidente, se encuentra aprehendida y su abogado declaró que su clienta no huyó del lugar, sino que se estaba resguardando físicamente por temor a recibir agresiones. Sobre el siniestro vial, dijo que “el impacto no fue fuerte, ella logra frenar. De hecho, no hay sangre en la camioneta. Ella (por la mujer atropellada) fue al hospital Padilla donde fue aparentemente suturada y no quedó en observación. Después se sintió mal y fue a un nosocomio privado donde no recibió atención y donde se produce el deceso“.