Tras 42 días sin ningún nuevo caso registrado de Ébola, Liberia ha sido declarada libre del virus por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Médicos Sin Fronteras (MSF) celebra la noticia al mismo tiempo que solicita cautela y mantener la vigilancia dado que todavía siguen produciéndose nuevos casos en los países vecinos de Sierra Leona y Guinea, y que el brote no puede darse por finalizado.
“Es un magnífico hito para Liberia llegar a los 42 días con cero casos de Ébola”, afirma Maria Teresa Cacciapuoti, coordinadora de proyectos de MSF en el país. “Pero no podemos quitar el pie del acelerador hasta que los tres países alcancen esta cifra de 42 días sin nuevos casos”.
En este sentido, MSF señala la necesidad de mejorar la vigilancia transfronteriza para prevenir que el Ébola pueda emerger de nuevo en Liberia. “El gobierno de Liberia y la población de Liberia han trabajado duro para ayudarnos a alcanzar los 42 días de cero casos de Ébola, pero ese trabajo se podría deshacer en un instante”, dice Cacciapuoti.
Cerca de 200 trabajadores sanitarios han muerto en Liberia tras contraer el virus y la epidemia ha diezmado el ya frágil sistema nacional de salud. “Es el momento de situar la respuesta a las necesidades sanitarias como principal prioridad”, explica Cacciapuoti. “Los liberianos deben sentirse seguros al acudir de nuevo a un hospital y saber que sus necesidades médicas serán cubiertas. La comunidad internacional debe apoyar a Liberia, -y a Guinea y Sierra Leona-, para ayudarles a reconstruir un sistema nacional de salud sólido y accesible con los recursos humanos y materiales adecuados”.
La epidemia de Ébola, tal y como se recogía en el informe de MSF, Empujados más allá del límite, publicado el pasado mes de marzo, ha expuesto “la fragilidad de los sistemas sanitarios de países en vías de desarrollo y la parálisis e inacción de la ayuda internacional”. El informe subrayaba que “la coalición global de la pasividad” se prolongó durante meses antes de que la comunidad internacional tomara conciencia de la amenaza real del Ébola, a pesar de las repetidas demandas de ayuda por parte de MSF.
“En pocas palabras, todos llegamos demasiado tarde. El mundo, -MSF incluido-, fue lento a la hora de poner en marcha una respuesta desde el inicio del brote”, manifiesta Henry Gray, responsable de operaciones de MSF en Bruselas. “Se ha aprendido esa lección a costa de la pérdida de miles de vidas; solo podemos esperar que ayude a evitar que algo parecido vuelva a pasar en el futuro”.