A través de un vivo en su cuenta personal -reproducido en casi 90.000 oportunidades-, Frasca relató ayer que había tomado conocimiento de que una foto suya había llegado al grupo en cuestión, denominado “perras tucumanas o tucumanas perras”.
“Me enviaron (el link) y pude ver lo que pasaba. Efectivamente, había una foto mía de hace 10 años, cuando tenía 15 y era menor de edad. No se veía nada, porque no era contenido sexual. Pero quien la había enviado al grupo la estaba sexualizando”, explicó Camila. Y remarcó que, además, quien había compartido la imagen había adjuntado una captura de pantalla de su perfil de Instagram. “Me sentí ultrajada”, señaló la joven más adelante.
Remarcó que pudo identificar al hombre que había enviado la foto, que estaba en su cuenta de Twitter. “Se puso a buscar años para atrás hasta que la encontró y la pasó ahí”, añadió.
En el video, Camila Frasca explicó que Telegram permite a los usuarios permanecer de manera anónima. Por lo tanto, ella alcanzó a reconocer sólo a unos cinco individuos. “Había contenido de muchísima gente: de amigas, de conocidas, de gente que no conocía… obviamente, todas mujeres. Y era contenido sexual que se pasa en la intimidad”, advirtió.
Camila añadió que, finalmente, terminó por expresar a los usuarios quién era ella, y que su imagen había sido compartida entre ellos. “Ni siquiera entendían qué era lo malo (…) La parte del consentimiento (de la persona), estos imbéciles de m… nunca lo entendieron”, señaló la joven.
Detalló que en el grupo no sólo había adolecentes, sino también adultos. “Hay hombres que tienen hijas de nuestra edad y se pasan fotos y videos de otras chicas. No lo entiendo, realmente. Pero ocultan su nombre (real), su foto, sus datos, para que no salga a la luz quiénes son”, advirtió.
Luego, agregó que vio “tantas cosas” que se necesitarían varios videos para relatarlas. Entre ella, enumeró el caso de una mujer que estaba trabajando y cuya imagen era compartida en ese preciso instante, además de sus datos personales.
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