A la salida del festejo de carnaval en el año 2016, Jorge Sánchez atropelló a nueve personas y mató a tres. Para ocultar el crimen, enterró su auto dos metros bajo tierra.
EL HECHO
Luego de un baile de carnaval de febrero de 2016, Jorge Alberto Sánchez, quien en ese momento tenía 31 años, atropelló con su Renault 9 azul a cinco personas que caminaban por el costado de la ruta 302, en inmediaciones de la localidad de Ranchillos, 31 kilómetros al sureste de San Miguel de Tucumán, donde habían concurrido a un baile de carnaval.
El conductor se dio a la fuga a alta velocidad y dejó abandonadas a las víctimas, tres de las cuales fallecieron y fueron identificadas como Sol Maribel Álvarez, de 13 años, Hugo Barrera, de 25 y Ramona Marcela Giménez, de 40. En tanto, las adolescentes Daniela Tarascio, de 15 años, y Lucía Micaela Ayala, de 16, resultaron gravemente heridas tras ser arrolladas y permanecen internadas en esta capital.
Tras una intensa investigación, la Justicia encontró pistas firmes sobre el paradero del prófugo y ordenó realizar un allanamiento en su vivienda, ubicada en el paraje de La Tala, a 10 kilómetros de Ranchillos.
En el fondo de la casa, en un terreno donde hay un cañaveral, los policías descubrieron que se había removido y arado la tierra, simulando un sembradío. Cuando comenzaron a cavar, comenzaron a desenterrar partes del auto, que estaba parcialmente desguazado.
Alberto Sánchez fue condenado a 9 años de prisión tras el brutal hecho, sin embargo las familias de las víctimas aseguran que todavía está libre y nunca cumplió su condena. Piden desesperados justicia.