Durante diez horas, en plena oscuridad de la noche, los efectivos del Cuerpo Especial de Rescate y Operaciones (CERO) de la Policía de Tucumán lograron rescatar sana y salva a una mujer de 42 años que se había caído y quebrado un brazo en el sendero de Aguas Chiquitas, en El Cadillal.
Elvira Sajama, empleada de comercio, había salido alrededor de la 9.30 del jueves de su casa para realizar trekking con una amiga por el camino del sendero hasta la Cascada de Aguas Chiquitas.
“Cuando emprendieron el retorno, alrededor de las 17, intentaron salir del sendero y tomaron el camino del río; en un descuido la mujer cayó produciéndose un golpe en el brazo derecho, lo cual le imposibilitó regresar por sus propios medios. Antes de las 20, nuestro grupo especial tomó conocimiento y activó inmediatamente el operativo rescate”, explicó el Oficial Principal Alejandro Reyna, Jefe interino del CERO.
“El personal policial caminó aproximadamente una hora y media hasta llegar a la cascada y a las 21.30, encontró a la mujer, con un grupo de familiares entre las piedras del camino del rio. Primero se le brindaron los primeros auxilios, contención psicológica e hidratación, luego se procedió a asegurarla con un sillín pélvico”, agregó Reyna, quien supervisó el exitoso procedimiento.
Cuando la mujer logró recuperarse, los rescatistas la ayudaron a caminar hasta la mitad del sendero, desde allí fue trasladada en una camilla para asegurar su integridad física, hasta la ruta, donde llegaron alrededor de las 6 de la madrugada de este viernes. La esperaba una ambulancia del 107 para trasladarla al Hospital Centro de Salud para su asistencia.
“A pesar de que tuvieron que atravesar un terreno muy dificultoso, con falta de luminosidad y con una víctima lesionada y afectada por el miedo, los rescatistas del CERO lograron sortear todos los obstáculos y salvar a la mujer”, resaltó Reyna refiriéndose al equipo de efectivos que protagonizó el exitoso operativo de rescate.
PARA SABER SI VAS A DISFRUTAR DE ESTA CAMINATA
La Reserva de Aguas Chiquitas se encuentra en las inmediaciones del Dique El Cadillal: además de paisajes alucinantes, atesora tres cascadas que pueden visitarse sin mayores dificultades, en las que uno puede refrescarse luego de una caminata.
Se llega al inicio de la travesía por la Ruta Nacional 9 y la reserva se encuentra pasando la Represa Hidroeléctrica del Dique, por el primer camino de ripio a la derecha. El mismo llega hasta una cerca de madera que hay que pasar para llegar hasta el Río Salí.
Hay dos formas de llegar a las cascadas: una es recorriendo el camino completo por el río, otra por un sendero que va por los filos de los cerros.
El camino que va por el río es entretenido, pero complicado: hay que tener en cuenta que en ciertos tramos (sobre todo con las lluvias de verano) es probable que haya que cruzar nadando o llevar sogas para pasar.
El que va por los filos de los cerros lleva alrededor de una hora y media y es más sencillo. Al pasar la Represa y llegar al río, luego de unos 10 metros se inicia una senda angosta en una subida empinada que lleva hasta las cornisas. De allí en más, el recorrido es más fácil.
La bajada a la cascada principal, la primera y la más grande, puede ser complicada: hay que sostenerse de ramas, sogas, árboles o lianas. Pero el paisaje lo vale. Una cascada importante, con una olla grande y profunda en la que se puede nadar.
Si se retoma el camino montañoso, se sigue a las otras cascadas. Para llegar a la segunda se necesitan dos horas en total. El camino es el mismo, pero en lugar de ir por la bajada empinada, hay que seguir caminando hasta desembocar en la parte superior de la cascada principal. Desde allí, bordeando cornisas y caminando por el río, en 15 o 20 minutos se arriba a la segunda cascada, más pequeña y fácil para bañarse (no tan honda).
Para la tercera, menos visitada por su lejanía, hay que caminar media hora más retomando el camino de las cornisas.
Recomiendan tener en cuenta la hora de regreso: debe ser antes del anochecer. Se recomienda salir a primera hora y volver con la luz del día, previendo las dos horas de retorno, ya que el monte es muy denso y es difícil percibir los obstáculos que se tiene alrededor y es fácil perderse.
A pesar de que se puede llegar sin equipamiento específico ni un gran estado físico, recomiendan usar buenas zapatillas, sobre todo por algunos obstáculos que se presentan, protegerse bien del sol y de los mosquitos, y permanecer hidratado.