En los últimos días de diciembre, cuando se conocieron los primeros reportes sobre una nueva variante del coronavirus que puso en estado de alerta el sistema de salud del Reino Unido y llevó a establecer restricciones estrictas en varios países del mundo (entre ellos, el nuestro) a viajeros provenientes de ese país, los investigadores del Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARS-CoV-2 (PAIS) se pusieron manos a la obra para desarrollar una estrategia que permitiera hacer monitoreo en tiempo real.
“¿Estábamos todos seguros de que habíamos hecho los controles que había que hacer en el aeropuerto? ¿De que a toda persona que había llegado del exterior se le había pedido que hiciera la cuarentena, aunque contara con una PCR negativa (podía estar en período de incubación)? La respuesta a estas preguntas era “no”, entonces perfectamente podía haber ingresado la nueva variante al país. Muy rápido, en medio de las fiestas, completamos una prueba de concepto para mostrar que podíamos hacer una vigilancia más rápida”, cuenta Mariana Viegas, líder del Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica del SARS-CoV-2 (PAIS), del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Dado que los marcadores de las variantes detectadas en el Reino Unido y en Sudáfrica, que son las que generan mayor preocupación, están principalmente en una sola región de la famosa proteína Spike (S), la llamada RBD, donde el virus se une al receptor celular, vieron que haciendo una secuenciación muy corta de un fragmento pequeño de esa proteína podían determinar si el virus detectado pertenece o no a las variantes de interés. “Es más rápido y podemos ir monitoreando todo el tiempo”, destaca Viegas.