La preocupación a nivel mundial con respecto al coronavirus empezó a aumentar cuando se informó sobre la aparición de una nueva cepa de la infección en Reino Unido. Pero, a pesar de lo que muchos creían, el descubrimiento, tras una serie de pruebas, se detectó que a pesar de que sí es más contagioso, no causa peores síntomas que el que ya conocemos.
En el estudio, los investigadores compararon 1.769 personas infectadas con la nueva variante con 1.769 que tenían lo que describieron como virus “de tipo silvestre”. Los dos grupos se emparejaron 1:1 sobre la base de la edad, el sexo, el área de residencia y el momento de la prueba.
De las 42 personas que fueron hospitalizadas, 16 estaban infectadas con la nueva variante, mientras que 26 casos tenían una infección de tipo silvestre, según el estudio. En términos de fatalidad, hubo 12 muertes en los casos de la variante en comparación con 10 muertes en casos de tipo silvestre.
“Los resultados preliminares del estudio de cohorte no encontraron diferencias estadísticamente significativas en la hospitalización y la letalidad a los 28 días entre los casos con la variante y los casos de comparación de tipo silvestre“, dice el estudio.
No hubo diferencia significativa en la probabilidad de reinfección con la nueva variante en comparación con las otras variantes, agrega.
Sin embargo, el estudio sostiene que la “tasa de ataque secundario”, o la proporción de los contactos de los casos confirmados que desarrollan la enfermedad, fue mayor en las personas infectadas con la nueva variante.