El posible “homicidio culposo” de Maradona se volvió la investigación central de la Fiscalía de San Isidro. Por este motivo, se concentraron en la recolección de información a partir de las declaraciones de sus hijas (Dalma, Gianinna y Jana) y de los allanamientos a Leopoldo Luque, el médico que operó a Diego. A partir de estonces, surgieron unas capturas del grupo de WhatsApp que la familia había armado con el psicólogo y la psiquiatra para el seguimiento minuto a minuto de Pelusa.
En su declaración, a la que Infobae pudo tener acceso, las herederas del astro apuntaban a Luque como el médico de referencia. “Lo vimos muy hinchado. Nos llamó mucho la atención eso. Sobre todo la panza y los párpados”, es una de las frases que integran el expediente. “Nos prometieron internación domiciliaria pero eso no lo era”, es otra de las sentencias que hicieron ruido.
En las capturas del grupo de WhatsApp se pueden observar varias cuestiones. En uno, Dalma apunta que Luque es el “neurocirujano” de Diego, y que necesita de un “médico clínico”. El chat data del 10 de noviembre. Y en el mismo asegura “yo me voy a poner a investigar”.
La psiquiatra Agustina Cosachov ofrece una “colega amiga” que además es toxicóloga, pero en la conversación la pelota queda del lado de la familia, que prefiere buscar a alguien de su confianza.
En la misma captura participa el psicólogo Carlos Díaz. Es cuando Gianinna pregunta si alguien sabe algo “de la casa”, él responde que “Diego reclama más privacidad, solamente”. El concepto abona lo que Infobae contó 24 horas después de la muerte del campeón del mundo: el hecho de estar más controlado por su círculo íntimo y por los profesionales, lo volvió más huraño. Se rehusaba incluso a las visitas de Luque. Les pedía a sus íntimos que les dijera a los enfermeros “que tenían una urgencia y que se tenían que ir a la clínica”, o pasaba el día encerrado en su habitación, como ocurrió el viernes 19.
El “Maxi” al que nombran es Maximiliano Pomargo, cuñado de Matías Morla y la mano derecha del Diez desde hacía años. Tanto él como Jony Espósito, sobrino del ex Napoli, Boca y Argentinos, estaban en la casa en el momento del deceso (junto al psicólogo, la psiquiatra, la enfermera y una cocinera).
Será clave el rol que en las próximas horas los investigadores le asignen a la psiquiatra Cosachov, participante del Grupo de WhatsApp, que fue la que firmó el alta y la encargada de recetar los medicamentos contra la depresión a Maradona y en qué dosis.
Por lo pronto, la profesional tiene una carta en sus manos: Infobae tuvo acceso ayer al informe que elevó a la prepaga solicitando un equipo médico completo para la externación de Pelusa. En el mismo plantea la necesidad de contar con “enfermeros preferentemente hombres con disponibilidad tiempo completo y especializados en problemática de consumo de sustancias, médico neurólogo y médico clínico. A su vez, contar con la disponibilidad para realizarse estudios médicos y una ambulancia por si se considera necesario el traslado”. De la lista, Maradona sólo dispuso del grupo de enfermeros que se turnaban, además del respaldo del psicólogo, la psiquiatra y de las visitas de Luque, que fue quien le quitó los puntos el fin de semana previo a su muerte.
Por el momento ni Gianinna, Dalma, Jana o la propia Claudia Villafañe se presentaron como querellantes. Sí lo hizo Matías Morla, abogado, amigo y manager en los últimos años del 10, quien se presentó en la causa junto a otro letrado, Yamil Castro Bianchi, en representación como particulares damnificados de las 5 hermanas de Diego Maradona.
También se presentó en el expediente de manera formal Verónica Ojeda, en representación de su hijo menor de edad, Diego Fernando. Está asesorada legalmente por su actual pareja y ex funcionario del Ministerio de Seguridad Bonaerense Mario Baudry.