¿Cómo serán las festividades en honor de la Virgen del Valle?

Publicado el: 18 noviembre, 2020

En un contexto difícil por la pandemia, el Padre Gustavo Flores, Rector de la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle de Catamarca indicó que este 2020 la procesión será sin presencia de peregrinos.

Flores informó:” la ceremonia de bajada de la imagen hacia el presbiterio que se realiza el 29 de noviembre y la procesión que se realiza el 8 de diciembre por la tarde, ambos momentos los realizaremos de manera virtual, es decir los devotos podrán seguir las ceremonias a través de los medios de comunicación y las redes sociales”.

CONOCÉ LA HISTORIA

Según describe el máximo historiador de Catamarca, el sacerdote Antonio Larrouy, “la muy venerada imagen de Nuestra Señora del Valle representa a la Virgen Santísima en el misterio de su Concepción Inmaculada; de pie, la media luna bajo sus plantas, las manos juntas ante el pecho, mirando al cielo sonriente”.

En las Fiestas Patronales, las calles de la capital provincial de Catamarca se conmueven con la llegada de los peregrinos conformando manifestaciones de veneración que se expresan a través de diversas actividades, como caminatas a los lugares de interés religioso que congregan a cientos de devotos, misachicos coloridos al tum tum de las cajas, sentimiento y devoción, en un solo movimiento de paso y oración, de canto y fe.

La imagen más venerada es la Virgen del Valle, patrona de Catamarca, sobre ella escribe José R. Luna: “Más que una verdad celeste, la Virgen del Valle es la urgente, la dura y querida verdad de la tierra. Es la Pachamama india, la dueña de la tierra y del sol, la patrona de la lluvia y la reina del mundo. Porque el mundo es, para la dulce humildad noroéstica, nada más que un poco de piedra, un poco de sol, y unas gotas de lluvia”.

La imagen de la Virgen del Valle de Catamarca ha tenido y continúa teniendo una importancia fundamental en esta provincia, dado que a través de los cuatro siglos que han transcurrido desde su descubrimiento alrededor de 1620 hasta el día de hoy, ha influido en los procesos simbólicos que posibilitan la apropiación material del espacio geográfico.

El hallazgo

Data de 1.620, cuando un nativo al servicio de Manuel de Salazar avisa a su patrón del descubrimiento de una imagen en las serranías del pueblo de Choya. Le cuenta que sus pares le rendían culto encendiéndole fogatas para alumbrarla, también que le hacían ofrendas y le llevaban flores.
Salazar, un español oriundo de Vizcaya, decide averiguar lo que ocurría. Temía por el regreso de prácticas idolátricas, después de tanto tiempo de evangelizados.

Se internó en el monte de jarilla y jumes, entre cardones, tunales, algarrobos y mistoles, hasta llegar a las lomadas del Ambato, allí descubrió a la Virgen Morena.

Salazar se apropió de la estatuilla y la llevó a su casa en Motimo o Motimogasta (el paraje más antiguo del Valle Central), donde la vistió a la costumbre española.

La Imagen

La imagen es un conjunto formado de tres piezas: un pedestal de 24 centímetros de alto, una peana de 10, y la imagen de 42 centímetros desde la cabeza hasta los pies. La altura total es de 76 centímetros.
El pedestal es de algarrobo negro, torneado y dorado, hecho en 1870 en sustitución de otro envejecido. Sobre él está atornillada la peana esta lleva esta inscripción, en hermosas letras que se descubrieron al raer la doradura para sacarle mayor brillo: “Nuestra Señora de la Limpia y Pura Concepción”
La imagen está pegada sobre la peana con engrudo. Se infiere que es una imagen de las llamadas de encarne.

Es de madera tallada, brazos pagados al cuerpo. Falda en tela engomada. El canesú está pintado sobre la madera al igual que los brazos y los puños, en azul con flores doradas.
Su traje, modelado en relieve y pintado, comprende: manto, peto, cinturón y vestido. El peto es rojo, lleva en el cuello una puntillita blanca, pintada. Lo ciñe un cinturón azul, listado verticalmente de oro, que termina por delante con un nudo doble. El vestido que, sin duda fue blanco primitivamente, es actualmente gris, con listas horizontales de oro y florecitas rojas. Cae hasta el suelo y oculta completamente los pies. Por los lados, y no por delante. De allí sobresalen los dos cuernos de la media luna.

Todo está pintado al estofado, es decir, dorado primeramente por debajo y pintado luego con varios colores por encima. Se ha raído la pintura superior para formar con el dorado del fondo dibujos de adorno.
El manto, rojo por dentro con puntitos de oro, es azul en su exterior, sembrado de estrellitas, siempre de oro, y realzado con un galón dorado. Cae por detrás hasta el suelo, dejando despejada la frente. Envuelve la cabeza y los cabellos. Estos son de color castaño claro, se perciben sólo en ambos lados del cuello y un poco sobre los hombros.
Las manos no están juntas, sino unidas por sus bordes. Forman así una concavidad poco graciosa, que las hace parecer demasiado macizas, sus dedos están bien modelados. El rostro es demasiado alargado y anguloso. Las mejillas están ligeramente sonrosadas, y de cerca la tez parece mucho menos morena que a la distancia. Sin embargo, no deja de ser verdaderamente morenita, como el pueblo, con su tierna y respetuosa familiaridad, gusta de llamar a la Virgen del Valle. Los rasgos indígenas indican, para algunos autores, la posibilidad de que su origen esté vinculado a la imaginería cuzqueña.

La cabeza está ligeramente levantada hacia el cielo, los ojos, indicados sólo con una pintura que el tiempo ha tornado amarillenta, miran hoy vagamente delante de sí y carecen de expresión. Los labios por lo menos viven y hablan con su sonrisa que anima la fisonomía, y es la nota más característica de la imagen, sonrisa de candor y complacencia infantiles”. (Historia de Nuestra Señora del Valle, P. A. Larrouy, m. i. c., 1916).

 

Inicio del Circuito

La Gruta

La gruta es una abertura natural en las lomadas del Ambato, distante 7 km al Norte de la ciudad capital se llega desde allí transitando la Avenida Virgen del Valle (N), atravesando la quebrada de San Lorenzo.
Está cubierta por un templete construido por Oreste Anzolini en 1941. Al que se accede por escaleras desde el costado izquierdo o por una rampa del lado derecho.
Tiene un altar de piedra realizado en 1956 por el picapedrero Mazzuco de la localidad El Rodeo. A la derecha está la sacristía. Sobre la terraza semicircular se ofician misas.

La Ermita

Desde la gruta, regresando por la Av. Virgen del Valle en la segunda rotonda se toma hacia la izquierda por la Avenida México que lleva a la localidad de San Isidro, cabecera del Departamento de Valle Viejo. Allí se encuentra la Ermita, construida originalmente de adobe y paja. Es el primer santuario donde se inició la veneración de la Imagen bendecida de Nuestra Señora del Valle. La construcción actual data de 1926, la realizó Rafael Arch, es una réplica de la original.
La tradición oral, de muchos testigos, asegura que se llevó en andas a la Virgencita Morena desde la casa de Manuel de Salazar a la flamante capilla construida para rendir culto a su imagen.
En qué año se produjo el solemne traslado, no puede precisarse. De acuerdo con los cálculos que se hacen al leer algunos documentos de 1648, que presentan al culto de la Virgen del Valle en su capilla con un seguro arraigo, se puede deducir que pasaron varios años. Por ello no es arriesgado afirmar que lo narrado ocurrió entre 1638 y 1640, no más. Aunque algunos autores opinan que podría haber sido mucho antes, en 1630. El interior es sencillo, al transponer el pórtico nos recibe una reja, detrás de ella un sencillo altar con la réplica de la imagen de Nuestra Señora del Valle.
Por aquellos años, el culto a la Imagen de Nuestra Señora de Catamarca se había extendido por extensas regiones. Y decimos extensas, teniendo en cuenta los difíciles medios de comunicación de la época.
En el predio también hay una estatua de Salazar portando la imagen de la Virgen. Es una referencia al milagro del algodón. Un día comenzó a quemarse el depósito de la hacienda donde se guardaba el algodón cosechado. Frente a terrible imagen el vizcaíno impulsado por su fe y la desesperación tomó a la Virgen en sus manos, y poniéndola frente a lo que ardía exclamó: “Apaga, Madre mía, este incendio, pues no hay razón para que yo pierda todo estando Tú en mi casa”. Luego la arrojó sobre las llamas y estas inmediatamente se apagaron. Según menciona el historiador Bernardo de Orellana, la imagen presenta signos de haber estado en el fuego.
Permaneció en la ermita hasta 1695. Luego de diversos cambios de templos, se trasladó definitivamente a la nueva Iglesia Matriz y Santuario construido en la ciudad Capital. Ubicada en el predio donde se edificó, tiempo después, la Catedral Basílica.
El traslado de la Imagen desde Valle Viejo al Departamento Capital se efectuó por el llamado “Paso de la Virgen” en una procesión acompañada por el Santísimo Sacramento. Se trata del actual camino que, atravesando el río del Valle, separa ambos departamentos.

La Catedral

El templo actual es el tercero levantado en ese lugar. El primero se inauguró en 1695; el otro construido entre 1734 y 1744. Por otra parte, hay quienes afirman que es el quinto templo de la Virgen teniendo en cuenta los dos anteriores de Valle Viejo.

 

El Interior de Catedral

En su interior predominan los estilos corintio y toscano, con columnas rectangulares que sostienen los arcos y bóvedas desde el techo. Es una planta de cruz latina de 2300 metros cuadrados. Con una nave principal y dos laterales, con varias capillas cada una con un altar o vitral.
Al transponer el pórtico de acceso nos encontramos en el nártex. A la izquierda se encuentra un dibujo de la Virgen Morena iluminado por detrás. Con una placa en bronce. Desde allí se accede al lateral derecho de la nave principal. Del otro lado hay un cuadro de San León XIII el papa bajo cuyo mandato se construyó el templo. A la nave central se accede por tres pórticos con hermosos vitrales.

 

El Camarín

Historia

El 5 de mayo de 1.916, al conmemorarse las bodas de plata de la coronación de la imagen de la Virgen del Valle, el obispo monseñor Bernabé Piedrabuena inauguró la obra construida por el arquitecto Isaac Lecuona.
El artístico nicho de plata en el que se situó la imagen lo donó la Condesa y Marquesa Pontificia Adelia Harilaos de Olmos.
Adelia fue la encargada de conformar una comisión de señoras y la organización de una importante peregrinación a Catamarca, de la que participaron muchas señoras de la sociedad porteña y que fue presidida por el Nuncio Apostólico. Los peregrinos partieron en ferrocarril desde Buenos Aires hacia Catamarca, el 11 de mayo y llegaron cuatro días más tarde.
Adelia Harilaos de Olmos, y Teodolinda Lezica Alvear de Uriburu, entregaron al Obispo catamarqueño el Álbum de Oro (que se encuentra en el Museo de la Virgen) en el que habían firmado muchas personalidades porteñas adhiriéndose a tan importante acontecimiento. Una vez puesto el estandarte de la Peregrinación y el álbum de Oro en manos de Monseñor Piedrabuena, la presidenta de la Comisión de Homenaje le hizo también entrega de una importante suma de dinero como ofrenda de los católicos porteños.

Paseo General Navarro

Se Inauguró el 3 de febrero de 1859 con el nombre de La Alameda. Lo construyó el arquitecto Luis Caravati. Originariamente tenía en el centro un estanque o lago artificial con agua proveniente del río El Tala. Cumplía las funciones de recolección y almacenamiento del agua para riego de las huertas. También para consumo de la población. Tanto en esa época como en la actualidad es el lugar de encuentro y recreación de los vecinos. El espejo de agua permaneció allí hasta 1962. El quiosco ubicado en el centro del lago fue construido por el arquitecto Adonai Spreafico, donde la banda de música municipal interpretaba diferentes obras. También se podían realizar paseos en bote.
También fue el lugar adecuado para la venta de productos de los pobladores, según relatos de la historiadora Elsa Beatriz Ahumada de del Pino, se concentraba la población para aprovisionarse.

Coronación de la Virgen

En diciembre de 1887 fueron convocados los principales vecinos de la ciudad de Catamarca por el entonces Vicario Segura, con dos finalidades: programar los actos para renovar en 1888 el juramento del Pueblo que eligió a la Virgen del Valle como su Patrona y la gestión, ante la Santa Sede, para pedir la coronación de la prodigiosa imagen.
Una comisión gestionó, por intermedio del franciscano Bernardino Orellana, una súplica firmada por el entonces Vicario Capitular de Salta, Monseñor Pablo Padilla y Bárcena.
Un mes más tarde de haber iniciado el trámite, Fray Orellana recibió el Decreto del Papa San León XIII autorizando la coronación.
El acto se realizó el 12 de abril de 1891, en el Paseo General Navarro.
Las crónicas de la época relatan que la fiesta fue imponente, y participó una multitud jamás reunida en la ciudad. Se cuenta que había tanta gente, que miles de personas habían completado la peregrinación de más de dos kilómetros, cuando otros miles de fieles todavía no habían partido.
Llevaba la corona de oro el Provincial de los Franciscanos, Fray Rosa Quiroga, y lo acompañaba todo el clero local.
La aparición de la Virgen hizo llorar de emoción a la multitud, y cuando la Imagen Morena recibió su corona, estallaron ovaciones entre bombas, cohetes, marchas militares y cantos eufóricos. Catamarca saludaba a su nueva Soberana. Su eterna Reina y Madre.
Al celebrarse los 100 años de tan importante acontecimiento, surgió la idea en la comisión de festejos del Centenario de la Coronación, de realizar una réplica de la corona. La desarrolló el arquitecto Pedro Omar Molas y la obra íntegra un obsequio del herrero Rolando “Cota” Maza, la corona gigante, copia de la original, que hoy se exhibe en el Paseo Navarro.
La obra que fue pensada para ornamentar una celebración de dos horas se convirtió en uno de los íconos de la ciudad, que hoy se exhibe en el lugar exacto donde fue la coronación de la Sagrada Imagen, mirando hacia la Gruta de Choya, lugar del hallazgo.

Fuente: MANUAL DE CAPACITACIÓN EN TURISMO RELIGIOSO DE CATAMARCA

 

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