El Legislador Raúl Albarracín presidente del Bloque del PJS, lanzó un proyecto cuyo objetivo es crear un instituto para albergar a los adolescentes a los fines de lograr su “reeducación y posterior reinserción en la sociedad”.
“Este proyecto de ley propone la creación de un Instituto de alojamiento para adolescentes infractores con ubicación en el interior de la provincia, buscando crear un ambiente distinto al del Instituto Roca, el cual es actualmente el único centro donde comparten adolescentes de capital e interior. La necesidad del interior de la provincia de contar con un centro propio, amerita la creación del mismo, permitiendo brindar contención a las jurisdicciones más distantes de la capital tucumana“, explicó Albarracín.
Y agregó que la “creación de un instituto bajo estas características, representa el acceso a los derechos de los adolescentes en conflicto con la ley y poder brindarle la posibilidad de construir proyectos de vida que potencien sus posibilidades de transformación“.
Se prevé que sea emplazado en el interior de la provincia para brindarles un lugar más próximo a su centro de vida, con el fin de sostener los vínculos entre los jóvenes en conflicto con la Ley penal y sus respectivas familias.
Según se expresa en el artículo 4, el centro asumirá los principios de la Convención Internacional de los Derechos de los Niños y Adolescentes expresados en la Ley Nacional N° 23.849 y la Ley provincial N° 8.293. “Se garantiza a los menores ser tratados como sujetos plenos de derecho, a los cuales debe respetarse y efectivizarse todos sus derechos y garantías en cualquier circunstancia en que se encuentre en conflicto con la ley penal”, detalla la iniciativa presentada.
La mirada de neurociencia
La neurociencia ha confirmado estas intuiciones de los clásicos: la tendencia de los adolescentes hacia comportamientos disruptivos y hacia la infracción de las normas está relacionada con un desarrollo insuficiente de los controles cognitivos.
Desde una perspectiva global, las imágenes de resonancia magnética del desarrollo cerebral proporcionan una prueba convincente de que la maduración de los lóbulos frontales -la parte del cerebro esencial para los procesos de decisión, control de emociones y juicio moral- no se completa al menos hasta los 18 años e incluso más allá de esta edad.
A la hora de analizar las causas de los delitos cometidos por menores de edad debe destacarse la pérdida de influencia de las instancias informales de la sociedad, con la correlativa demanda de intervención estatal, olvidando que el modelo punitivo en general no resuelve el problema.