Si de atraer pareja se trata, los campaneros blancos están dispuestos a gritar hasta quedarse sin aire, literalmente. Los Procnias albus, unos pájaros de plumaje blanco del tamaño de una paloma, emiten un ruido más fuerte que el rugido de un taladro industrial o que los instrumentos musicales más bulliciosos.
Este volumen supera «el umbral del dolor humano y es equivalente a un concierto de rock ruidoso o un avión a 60 metros de distancia despegando», detalla la agencia AFP.
Con esta potencia, el grito de apareamiento de estas aves que viven en el norte de la Amazonía es el grito de ave más fuerte jamás registrado, según un estudio publicado este lunes en la revista Current Biology.
Su grito «es, hasta donde sabemos, la vocalización de amplitud más alta documentada para cualquier ave, con niveles máximos de presión sonora», dice la investigación.
«El canto más alto del campanero blanco, que llamamos Tipo 2, llega a 118 decibeles en promedio y puede alcanzar 125 decibeles«, explicó a BBC Mundo Jeff Podos, experto en bioacústica y comportamiento animal de la Universidad de Massachusetts en Amherst, Estados Unidos, y uno de los autores del estudio.
«La segunda especie con el canto más fuerte que conocemos es la piha gritona, otra especie amazónica. Ambas aves producen un sonido más fuerte que el bramido del bisonte americano y el aullido del mono aullador».
Pero ¿cómo un pájaro tan pequeño es capaz de gritar tan fuerte?
Instrumento musical
Fue el biólogo estadounidense residente en Brasil Mario Cohn-Haft, también autor del estudio, quien tuvo un encuentro cercano con el campanero blanco.
«En 2017 hice una expedición a la Serra de Apiaú en el estado de Roraima y en una montaña que llega a 1.500 metros de altura, a un nivel de unos 1.000 metros, vive el campanero blanco», explicó a BBC Mundo Cohn-Haft, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonía de Brasil, INPA por sus siglas en portugués.
«Me llamó la atención la musculatura abdominal con músculos y costillas más robustos que otros pájaros. Estas características son adaptaciones que le permiten producir un sonido tan fuerte. Y me puse entonces en contacto con mi colega y amigo, el bioacústico Jeff Podos».
Otra característica peculiar del ave es su pico.
«Tiene un pico enorme probablemente para tragar frutos grandes. Pero este pico le sirve también como abertura de su instrumento musical y su caja vocal extraordinaria», señaló Cohn-Haft.
El estudio detalla que «justo antes de cantar, los campaneros blancos tragan aire, inflando así sus gargantas y abriendo ampliamente sus picos […]» y que la postura agachada que adoptan favorece este mecanismo.
Pero los investigaron tienen la hipótesis de que cuanto más alto es el volumen del canto, más rápido se les acaba el aire, lo que da lugar a sonidos más cortos en duración.
Selección sexual
Los científicos no saben aún cuáles fueron los mecanismos evolutivos que llevaron al potente canto del campanero blanco.
«Estamos realmente en las primeras etapas de comprensión de esta biodiversidad», dice en un comunicado la Universidad de Massachusetts. Pero los científicos tienen algunas pistas.
Una de ellas, según Podos, es que en otras aves de la misma familia (Cotingas) y una familia relacionada (Manakins) «se da una selección sexual muy intensa. Y esto sucede porque las hembras son las que se encargan de casi todo el cuidado de las crías, por lo que son muy selectivas cuando se trata de encontrar una pareja».
Cohn-Haft señaló que para el campanero blanco, «tener un canto tan fuerte y un plumaje totalmente blanco que es muy visible, no es una ventaja para la supervivencia. El ave llama mucho la atención por lo que el canto y el plumaje no deben ser resultado de la selección natural».
«Es imposible entonces no concluir que el canto sea resultado de la selección sexual, a las hembras les gusta ese canto y ese plumaje con una extremidad caída que parece una lombriz colgante«.
Para el biólogo del INPA estas aves viven en forma extrema, «entre la necesidad de sobrevivir por un lado y la posibilidad de atraer hembras por otro». El próximo paso para los investigadores, según Podos, es «volver al mismo sitio y observar más interacciones entre machos y hembras»
«Nos gustaría comprender cómo los machos se diferencian en el uso del canto durante el cortejo y qué estrategias resultan mas convincentes para las hembras».