Lionel Messi demuestra día a día lo gigante que es. Y esta vez lo hizo ante los ojos de su maestro, Josep Guardiola, que lo tuvo que sufrir en carne propia. El argentino hizo dos golazos y el Barcelona le ganó 3-0 al Bayern Múnich en el Camp Nou, en la ida de la semifinal de la Liga de Campeones de Europa. El próximo martes será la revancha, en Alemania.
Los goles llegaron al partido recién al final. En la primera etapa se hicieron desear y pero las situaciones sí aparecieron. A los 11 minutos, llegó, quizás, la más clara del partido y estuvo en los pies de Luis Suárez. El uruguayo ganó la espalda de los defensores del Bayern, tras un saque de arco que Messi peinó y mano a mano con Manuel Neuer, el ex Liverpool no pudo marcar el 1-0. El arquero alemán achicó con el cuerpo y puso su pierna izquierda para tapar lo que parecía un gol cantado.
De las versiones habituales de cada uno de los equipos, la del Barcelona parecía la más fiel. Y lo demostraba yendo al frente y prestándose a un palo y palo. Apenas tres minutos después de la primera chance, Neymar tuvo la suya dentro del área. Suárez maniobró, encontró un espacio para meter un pase bajo y el brasileño se esforzó por empujarla. Pero la pelota dio en la pierna de Lahm y el grito de gol volvió a quedar nulo.
Pero el partido no iba a ser solo de ataques del Barcelona. El Bayern se prendió al palo y palo y tuvo una oportunidad clarísima en los pies del enmascarado Robert Lewandoswki. A los 17, Thomas Müller desorientó a la defensa al recibir la pelota por la derecha y girar. En ese movimiento, vio al polaco, le puso un pase entre dos rivales y lo dejó solo frente a Ter Stegen. Pero el goleador de los alemanes falló. Se tiró al piso para empujarla y el toque se fue por el segundo palo.
Tras esa jugada, los dos parecieron bajar un pie del acelerador. Las defensas ajustaron piezas, especialmente la del equipo de Pep y las chances mermaron. Pero el Barsa tendría una más antes del final del primer tiempo. A los 36, Iniesta habilitó magistralmente a Dani Alves y el brasileño ensayó una definición similar a la de Suárez en la primera chance de peligro. Pero como en esa oportunidad, Neuer puso su pierna derecha y ahogó el grito de gol.
Para la segunda etapa, Pep cambió y el partido empezó a sentirse más agradable para los alemanes. La visita ajustó la distancia que había entre su defensa y su mediocampo y logró neutralizar al tridente sudamericano de punta del Barcelona.
Los alemanes le quitaron la pelota al dueño de casa y el partido se hizo áspero. El árbitro Nicola Rizzoli amontestó a Neymar por una falta contra Müller y un rato más tarde se generó una fuerte polémica. El brasileño cayó en el área del Bayern, el árbitro ignoró el penal y los jugadores visitantes se le fueron encima en búsqueda de la segunda amonestación. Pero el juez dejó seguir y de allí se desprendería una jugada que cambiaría el partido.
Dani Alves ganó por la derecha en la salida del Bayern, tocó para Messi y el crack rosarino sacó un estupendo zurdazo, que picó antes de llegar al arco y se metió pegado al primer palo, el de Neuer, al que nunca le había podido convertir.
Esa movida magistral del argentino parecía difícil de superar entonces con el partido como estaba. Pero Messi se reinventa todo el tiempo y lo hizo con una jugada que quedará en el recuerdo del mundo futbolístico. La Pulga quedó de frente ante la marca de Boateng. Le amagó, el alemán cayó al suelo, quedó en ridículo y el rosarino se vio mano a mano con Neuer. ¿Qué hizo? La picó para marcar el 2-0 letal del Barcelona.
¿Habría más? Sí. En el cierre, Neymar aprovechó que el Bayern se adelantó en busca del descuento y en un mano a mano con Neuer definió sin problemas para alcanzar la goleada y casi definir la serie que el próxima martes tendrá un final. La definición de la Champions, en Berlín, se prepara para recibir a Messi y compañía.