El Centro de Control de Enfermedades de EEUU elaboró una guía con la evidencia científica emergente sobre la transmisión del coronavirus, que confirma que los riesgos de contagio son mucho mayores en espacios cerrados que abiertos.
Todavía faltan conocer muchos aspectos de este nuevo virus, sobre todo cuáles son los mejores tratamientos para evitar su estadio grave, e inclusive el desarrollo de una vacuna eficaz para prevenirlo.
Teniendo en cuenta la información ya validad y consensuada, los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de EEUU, el país más afectado por la pandemia en cuanto a número de contagios y víctimas mortales, ha publicado recientemente una guía sobre el coronavirus que intenta recopilar todas las evidencias científicas disponibles sobre su contagio.
Según explican los responsables, las recomendaciones de los CDC van en consonancia con las medidas que han tomado los diferentes gobiernos a la hora de confinar a la población y cerrar parcial o totalmente la economía de un país. Por un lado, los científicos de este organismo confirman la dicotomía que existe entre lugares cerrados y abiertos a la hora de trasmitir el virus: el riesgo es muy bajo en las actividades al aire libre pero muy alto de reuniones en espacios cerrados, como oficinas, lugares para servicios religiosos, cines o teatros.
Los CDC analizaron las situaciones de vida en común más habituales y su riesgo potencial de transmisión, en el que la dicotomía interior/exterior, la ventilación del espacio de transmisión, la densidad total de personas en un mismo lugar y la duración de la exposición al virus, son las principales variables a analizar
Sin embargo, los CDC confirma que existe un muy bajo riesgo de transmisión desde las superficies, ya sean orgánicas o artificiales, con la excepción de la propia piel humana. Esto quiere decir que las posibilidades de contraer la enfermedad es muy reducida tras tocar objetos que haya usado una persona contagiada, como por ejemplo cualquiera de los elementos de un medio de transporte como el asiento o pasamanos de un colectivo, tren o subte, o el picaporte de una puerta o el botón de un ascensor.
La guía especifica que la carga viral requerida para iniciar la enfermedad es de aproximadamente 1000 partículas virales (VP, por sus siglas en inglés). Esto hace que el virus que causa COVID-19 se propague de manera muy fácil y sostenida entre las personas. El CDC explica que la carga viral hace que esta enfermedad se esté propagando de manera más eficiente que la influenza, pero no tan eficientemente como el sarampión, que es altamente contagioso.
Para tener una idea de cuando puede producirse una transmisión y así reducir la exposición al riesgo de los ciudadanos, los CDC hacen un cálculo aproximado de cuantas partículas virales puede emitir una persona contagiada cuando interactúa con alguien que no está enfermo.
La respiración normal tiene una carga aproximada de 20 vp por minuto, mientras que al hablar se lanzan aproximandamente unas 200vp por minuto. Sin embargo, esta medida puede variar según el tono de voz: si una persona habla muy alto o incluso grita, la cantidad de partículas virales que expulsa por la boca puede ser mucho mayor.
Desde un comienzo se alertó que las peores formas de trasmitir COVID-19 es a través de dos de los síntomas más comunes de la enfermedad: toser y estornudar. Al toser, expulsamos aproximadamente 200 millones de partículas virales, de las cuales una cantidad suficiente para posibilitar el contagio puede permanecer en el aire durante horas en un entorno con poca ventilación. El resultado es similar cuando estornudamos.
En resumen, el CDC asegura basándose en la evidencia científica disponible que el COVID-19 se propaga principalmente a través del contacto cercano de persona a persona, aunque advierten de que algunas personas sin síntomas pueden transmitir el virus. En cualquier caso, el centro estadounidense lanza un aviso a navegantes sobre la mutabilidad de la información disponible sobre el coronavirus: “Todavía estamos aprendiendo sobre cómo se propaga el virus y la gravedad de la enfermedad que causa.”