Abusos sexuales, violencia y humillaciones. Todo salió a la luz e, inevitablemente, la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (FASTA) al cual sus alumnos denunciaron, quedo bajo lupa.
Los primeros días de junio, la periodista Mariana Carbajal, de Página 12, publicó un extenso informe reflejando el caso Fasta. ¿Dé qué se trata? Se trata de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (FASTA), en donde ex alumnos visibilizaron situaciones de violencia que habrían sufrido dentro de establecimiento educativos y que, además, pregonan contenidos que serían contrarios a lo establecido por los Derechos Humanos.
Una clara evidencia de que el discurso institucional, promueve un adoctrinamiento homolesbotransfóbico y odio hacia el movimiento feminista.
Esta fraternidad, en Tucumán, cuenta con dos instituciones educativas de nivel primario y secundario: los colegios Boisdron y Reina de la paz.
A partir del informe de la periodista tucumana en Pagina12, diferentes denuncias comenzaron a salir a la luz a través de las redes sociales. En Tucumán se creó una cuenta en instagram para dar a conocer sus testimonios.
Dentro de esta red, sus alumnas y alumnos reciben dictamenes de todo tipo: les dicen que las parejas del mismo sexo no tienen derecho a adoptar. Y describen a las feministas como “sumamente agresivas”, “prepotentes” y “enemigas de las maternidad”. Definen al “lesbianismo” como “un despropósito” y “una depravación”.
Enseñan que el divorcio es “la ruina de la familia”, el matrimonio igualitario “la aniquilación del concepto de familia”, que el ser humano “por naturaleza es varón o mujer” y que el preservativo no es efectivo para prevenir el VIH. Todo, con subsidios del Estado
El origen
En Argentina, Fasta se integra al sistema educativo formal en el año 1978, a partir de la fundación de su primer colegio en Tucumán, el Ángel M. Boisdron en Yerba Buena, en el oeste de la capital provincial. Pero su red educativa experimentó su mayor ampliación en la década del ’90 al aprovecharse de la crisis que atravesaban congregaciones de monjas y curas. Entonces, se fueron apropiando de colegios tradicionales de los barrios, sin que padres y madres de alumnos tuvieran claridad de lo que significaba el cambio de conducción en términos de contenidos educativos.
Hace alguna semanas, exalumnos del Colegio Aneiros, de Flores, abrieron un perfil en Instagram (@testimoniosa) y empezaron a compartir sus malas experiencias en la institución y en los campamentos del “Ruca”––un espacio extracurricular– donde forman a los “milicianos” de Fasta.
–Si no hacés lo que te dicen el castigo físico está asegurado, sin importar si es una sobreexigencia física o simplemente no podés. Desde golpizas multitudinarias, palazos y “fusilamientos” a pelotazos. Con el castigo viene la denigración: te dicen que te lo tenés que tragar o si no, no sos hombre –contó a este diario Flavio Cigliotti, de 21 años, estudiante de Psicología, uno de los ex alumnos que dejó su testimonio en @testimoniosa.
Los chicos que van al Ruca –un espacio optativo durante los fines de semana– visten un uniforme, con camisa azul plomo, zapatillas oscuras y boina azul. Las chicas, camisa blanca, falda azul plomo y pañuelo al cuello.
–En el Ruca, chicas y chicos reciben una instrucción militarizada. Van formando parte de grupos denominados Escuderos, Milicianos, Templarios o Adalides. Sus torneos se denominan Cruzadas o Heroica Argentina –señala a Página/12 Fernando Lozada, miembro de la Coalición Argentina por un Estado Laico.
Exmilicianos han narrado el trasfondo militar que tienen esas actividades al aire libre, sus campamentos, liturgia y misas, sobre las que ha escrito el investigador mexicano de la derecha en Latinoamérica Edgar González Ruiz. Cada jornada comienza y termina con una formación en la que se entonan himnos y se izan banderas argentinas, y se oye misa.
Cicliotti narró a este diario su experiencia durante uno de esos campamentos del Ruca, en el predio del partido de Ezeiza de la Ciudad Deportiva Don Bosco, cuando tenía 12 años: en un juego nocturno dejaron a un compañero atado a un árbol durante una noche fría.
Terminó atado en un árbol por unas siete horas de noche, llorando, cubierto por su propia orina. Hacía menos de 2 grados centígrados. La única reacción de los responsables fue reírse, decirle “que no sea maricón” y seguir como si nada, esta fue la primera noche del campamento. En esos días, tomaron de punto a otro de los chicos por ser “afeminado” y “parecer puto” al punto de convencer a varios compañeros de carpa de que le tiraran sus cosas afuera, sobre el barro y que le dieran una malteada, golpeándolo entre todos, cosa que hicieron. Agarraban a los chicos que les hacían más caso y les daban el poder e incentivo de castigar al resto que no lo hacía –contó el ex alumno.
–Milicia se llamó a la principal organización integrista católica que colaboró con la ocupación nazi de Francia. Fue también el nombre de un grupo que, desde la SIDE, participó en el plan Cóndor –apunta Lozada.
En su red de colegios, Fasta tiene más de 20 mil alumnes. Su participación en marchas contra la despenalización y legalización del aborto suele ser obligatoria. La decana de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de FASTA, Julia Elbaba, fue una de las expositoras “celestes” en el debate de 2018, en el Congreso.
Durante el debate del aborto, en el colegio FASTA de Mar del Plata, el San Vicente de Paul, colgaron sobre la calle Gascón 3145, una gigantografía de un feto en gestación, y la UFASTA declaró que en su Facultad de Medicina, que entrega título oficial, no se enseñaría sobre aborto.
Todos los 12 de octubre los colegios Fasta de Latinoamérica y España celebran el Día de la Hispanidad, título que casualmente le dio a esa fecha el dictador Franco, en lugar del Día del Respeto a la Diversidad Cultural. Todo. Todo, con subsidios estatales.
¿Cómo nace Fasta?
Fasta nació el 7 de octubre de 1962, poco después del golpe de Estado al ex presidente Arturo Frondizi, en el día de la festividad de la Virgen del Rosario, en la ciudad cordobesa de Leones, por iniciativa del cura dominico Aníbal Ernesto Fosbery, inicialmente como una ”milicia juvenil” de la Orden de Predicadores, en respuesta a la exhortación del Concilio Vaticano II a promover la participación de los fieles laicos en la vida y misión de la Iglesia y con el objetivo de hacer penetrar los valores cristianos en la sociedad.
Fue nombrada Fraternidad Laical de la Orden Dominicana el 2 de octubre de 1971, con aprobación del cardenal Primatesta, arzobispo de Córdoba, una de las figuras de la jerarquía católica más cuestionadas por sus vinculaciones con la última dictadura militar. Después declarada como Asociación Privada de Fieles, a través de un decreto del cardenal Antonio Quarracino, arzobispo de Buenos Aires el 2 de septiembre de 1993 –recordó Lozada.
El 29 de mayo de 1997, la Santa Sede, por medio del Consejo Pontificio para los Laicos, decretó el reconocimiento de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino como asociación internacional de fieles de derecho pontificio. Existen unas 120 en el mundo de ese tipo, apuntó Lozada. Con los años, se extendió a 30 diócesis en diferentes países, entre ellos Perú, Brasil, Chile, y España.
Según pudo rastrear Lozada, Fasta se extendió a 30 diócesis en todo el mundo (una veintena en argentina), y está en Lima y Arequipa (Perú); San Pablo (Brasil); Serena, Los Andes y Santiago (Chile); en ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia (España) en estas dos últimas tuvo graves problemas sobre el adoctrinamiento y la presión psicológica que se ejercía sobre los alumnos de sus colegios.