Covid-19: ¿Por qué sigue contenida en el país?

Publicado el: 1 junio, 2020

Si hay algo que llama la atención al Ministerio de Salud de nuestro país es que por qué todavía hoy, a 90 días de haberse conocido el primer contagio de Covid-19 en el país, la pandemia local sigue contenida.

Para entenderse, se podría graficar así: cuando los italianos se sentaron en sus butacas, la película ya estaba empezada y no entendían nada. Cuando los argentinos llegaron al cine, todavía faltaban varios minutos para que empezara la función. Esos diferentes escenarios iniciales, que ya fueron explicados oportunamente, fueron los determinantes para que en ése y otros países europeos hubiese muchos contagiados y muertos en poco tiempo, mientras que en América latina se vio venir la ola y se pudo estar mejor preparado.

Hay tres cifras sobre el coronavirus en la Argentina que el Ministerio de Salud reporta todos los días, al comienzo de la crisis se les daba más relevancia en los títulos de la información cotidiana y con el tiempo pasaron a ocupar lugares marginales.

La relación entre las tres cifras en cuestión tiene que ver, precisamente, con esa situación. Durante gran parte de estos primeros 90 días de pandemia en la Argentina, la cantidad de casos importados representó la mayor parte de los contagiados en el país. Era gente que venía que venía principalmente de Italia y de España. Poco tiempo después se sumaría Estados Unidos como lugar de procedencia peligroso.

A esa primera cifra, la de los casos importados, con el correr de los días empezaron a competirle otras dos: los contagiados por contactos estrechos y los casos considerados ya de circulación comunitaria, que son aquellos en los que no se pudo identificar la cadena de contagio.

Una fecha clave fue el 14 de abril: por primera vez, ese día la Argentina pasó a tener más casos por contacto estrecho que importados: eran 833 los que habían llegado de afuera y representaban el 34,7 por ciento. Mientras que los que se habían contagiado en el país pero se sabía de quién ya eran 857 y representaban el 15,2 por ciento. La tercera cifra, la más temida y la que en definitiva es la que define la gravedad del escenario, es la de los casos de circulación comunitaria: por entonces eran apenas 393 y representaban el 15,2 por ciento del total.

Si se revisa la serie temporal se puede apreciar cómo esta última cifra fue creciendo con el correr de las semanas, aunque sin embargo nunca llegó a dominar la ecuación. Ya el 1° de mayo la cantidad de casos de circulación comunitaria representaba el 25,9 por ciento del total, pero la de contactos estrechos había trepado al 43 por ciento. Lógicamente, con el cierre de fronteras la cifra de casos importados se estacionó y ocupó el 20,7 por ciento de la torta.

Un mes más tarde, y con una cuarentena que supera los 70 días en la Ciudad y el GBA, la cantidad de casos que se suman cada día se ha concentrado prácticamente en estos dos distritos. Y aquí es donde radica una de las claves por las que la curva de contagios ha crecido pero de manera controlada: la cantidad de Covid positivos por contacto estrecho es todavía hoy mayor que los de circulación comunitaria. Hay en la primera porción 7.308 contagios (43,9%) y en la segunda 5.979 (35,5%). Los casos importados siguen dormidos en 970.

Para volver a la comparación continental, en gran parte de Europa la cantidad de casos de circulación comunitaria se disparó prematuramente cuando aún no habían podido identificar al paciente 0. En la Argentina, en cambio, está claro que el primer contagio ocurrió el 3 de marzo y fue un hombre que llegó de Italia. A partir de ahí, entre cuarentenas récord y testeos focalizados se logró seguir aislando a la gente contagiada y sus contactos estrechos.

Eso ha permitido efectivamente achatar la curva y ganar tiempo, que es ni más ni menos que el tiempo que hace que una gran cantidad de argentinos están encerrados en sus casas como ratones de experimento en una jaula. ¿El objetivo? Que esa cifra maestra, la que indica el porcentaje de circulación comunitaria entre el total de casos, no pase a dominar el partido. O que tarde los más posible en hacerlo.

Esta realidad se ve reflejada en las cifras de los partes cotidianos a las que se les suele prestar mayor atención: entre 600 y 700 casos por día. Las mismas cifras se sostienen desde hace diez días. Y la gran diferencia es que los casos pasaron a concentrarse en el área metropolitana.

Pero la clave está en la cantidad de muertos, que salvo dos días en los que hubo 23 y 24 a lo largo de un solo día, el resto de las jornadas tuvieron cantidades menores. Hace dos días se registró una de las cifras más bajas de las últimas semanas, con 8 fallecimientos.

La cifra de muertos -lo dicen todos los expertos- es la verdadera medida de la pandemia. Es decir, la medida real de cómo también están creciendo los contagios, más allá de que algún día se hagan más o menos testeos. El índice de mortalidad del coronavirus es uno y aunque todavía no se lo conozca a ciencia cierta porque la pandemia está en pleno desarrollo, existe.

Los costos de tener atada a la bestia es alto. Tanto económicos como psicológicos. Y no todo es blanco o negro. Siempre hay matices. Pero el costo de haber tenido el privilegio de poder ver la película desde el principio y no poderla contar la final -si es que tal cosa llegara a pasar- seguramente será mucho mayor.

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