Para muchos creyentes, la nueva pandemia que esta azontando al mundo es el principio de dolores, o en todo caso, el acercamiento del fin de la vida humana. La bibilia nos dice que en el final de los tiempos, las naciones serán juzgadas y sucederán muchas catástrofes, hambres y guerras. Ahora bien, ¿qué piensan los tucumanos? ¿Es el fin del mundo?
José David, tucumano y pastor Adventista del Septimo Día, explicá que “para personas de muchos credos, e incluso para los que no tienen ninguno, últimamente hay una sensación de que el fin del mundo está cerca”
Plagas, incendios forestales, terremotos, falta de amor, todo parece indicar según la Biblia, que el tiempo del fin se acerca.
Sin embargo, la historia del apocalipsis es bastante vieja. En antiguas tradiciones religiosas más allá del cristianismo —incluyendo el judaísmo, el islamismo y el budismo— es una narrativa común que surge en momentos de crisis sociales y políticas, cuando la gente intenta procesar eventos impactantes. La palabra original en griego — apokalypsis— significa un desvelamiento, una revelación.
Mientras la pandemia empuja al mundo a un nuevo orden social y económico, los que estudian y practican religiones ven verdades más profundas que están siendo develadas.
La crisis está revelando desigualdades en la atención médica, divisiones de clase y el hecho de que los trabajadores más importantes de la sociedad estadounidense se encuentran entre los peor remunerados.
La Segunda Encuesta sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina realizada por el Programa Sociedad, Cultura y Religión del CEIL-CONICET nos muestra un paisaje variado y complejo, en el que se combinan pertencias religiosas cada vez más diversas, prácticas cada vez más íntimas, y opiniones sobre la sociedad controvertidas. La Primera encuesta, realizada en 2008, permitió saber que en Argentina el 76,5% de los habitantes eran católicos, el 11,3% sin religión y el 9% evangélicos. Hoy podemos afirmar que el número de católicos ha descendido al 62,9%, los sin religión han crecido hasta constituir el 18,9%, y los evangélicos han alcanzado el 15,3%.
Durante estos últimos tiempos, el crecimiento de los evangélicos es notable en el NOA, en donde pasaron de 3,7% al 16,9%.
Jorge Juan Rodríguez V, quien tiene un doctorado en historia de la religión en el Seminario Teológico de la Unión en Nueva York dice que: “Lo que se está revelando son las fallas que siempre han existido en el sistema. Hasta ahora las estamos notando porque el sistema está estresado”.
David Jeremiah, un pastor que se ha convertido en uno de los asesores evangélicos informales de Trump, calificó a la pandemia como “la cosa más apocalíptica que nos ha pasado”.
Entre los cristianos, una de las narrativas apocalípticas más conocidas es el libro de las Revelaciones del Nuevo Testamento, el cual cuenta la historia de la derrota de una bestia malvada, un juicio final divino y la llegada de la Nueva Jerusalén.
Si bien muchos eruditos bíblicos interpretan el libro como una historia sobre la destrucción de los sistemas políticos corruptos, muchos cristianos evangélicos creen que describe el arrebatamiento: el regreso de Jesús para salvar a los creyentes durante un periodo de tribulación.
En Estados Unidos, donde el cristianismo es la religión dominante, cerca del 40 por ciento de los adultos estadounidenses creen que Jesús definitiva o probablemente regresará a la tierra antes del 2050, lo que incluye a 1 de cada 5 personas sin afiliación religiosa, según el Centro de Investigaciones Pew.
Algunos cristianos evangélicos están esperanzados por la promesa divina de que Dios los ha salvado para la eternidad, una sensación de seguridad entre tanta incertidumbre. “Para mí personalmente es un simple recordatorio de que Dios es soberano”, dijo Mark Lovvorn, de 65 años, quien asiste a la iglesia First Baptist Dallas y es presidente del Providence Bank of Texas.
Durante siglos, las tradiciones religiosas no solo han ofrecido una manera para que los humanos entiendan los momentos apocalípticos. Con el paso del tiempo, estas horas de crisis también han moldeado a la religión.
Algunas de las especulaciones apocalípticas más antiguas se encuentran en las escrituras judías, en historias como el libro de Daniel, cuando la época helenística dio paso a los romanos alrededor de los siglos II y I a.C. y las comunidades judías sufrían una violenta persecución. Algunos judíos volvieron a hacer conjeturas sobre el final de los tiempos cuando el ejército romano destruyó el Segundo Templo en Jerusalén en el año 70 d.C.
Mientras los primeros cristianos recurrían a un salvador externo y los romanos continuaban aplastando rebeliones, los líderes judíos se dieron cuenta de que necesitaban sobrevivir en el mundo tal como lo conocían, explicó David Kraemer, bibliotecario jefe y profesor de Talmud y cuestiones rabínicas en el Seminario Teológico Judío de América, en Nueva York.
Los rabinos desarrollaron un sistema en el que los judíos podían vivir en cualquier lugar, bajo cualquier gobierno y tener vidas significativas conectadas con sus vecinos y con Dios.
“Ese fue el judaísmo que permitió que los judíos sobrevivieran a la persecución, las plagas, los siglos medievales y hasta la modernidad temprana”, afirmó Kraemer.
Cada año, la celebración de la Pascua hebrea, la cual comienza la próxima semana y relata las diez plagas del libro del Éxodo, es un recordatorio de la redención de Dios. El Séder de Pésaj “dice que ya hemos pasado por circunstancias difíciles y las superaremos”, afirmó.
En la tradición islámica, el Corán relata historias de plagas y de un terremoto final que destruirá la tierra, así como historias sobre encontrar a Dios en el mundo creado.
Sin embargo, en el islamismo tradicional hay una distinción entre el fin del mundo y el concepto del apocalipsis, afirmó Amir Hussain, profesor de teología de la Universidad Loyola Marymount en Los Ángeles. El apocalipsis también se refiere a lo que sucede cuando abrimos nuestros ojos.
“Mira la creación, mira los océanos”, dijo Hussain, reflexionando sobre uno de sus pasajes favoritos en el Corán, que trata sobre la misericordia de Dios. “¿Cuánto mejor es tener ese entendimiento durante este tiempo de vida?”.
En el budismo, el tiempo es cíclico, no lineal, lo que hace que el apocalipsis sea tanto un final como un principio. “El apocalipsis sucede, y luego comienza un nuevo orden: un nuevo orden social y moral”, afirmó Vesna Wallace, profesora de budismo de la Universidad de California en Santa Bárbara. “La historia se repite”.
Las historias apocalípticas en las escrituras budistas comparten temas similares, y por lo general incluyen a un gobernante injusto, desigualdad social, plagas y frutas que no maduran, explicó Wallace, refiriéndose a textos de los siglos V y XI.
“Los ídolos del país están siendo expuestos” aseguró Ekemini Uwan, teóloga pública y copresentadora del podcast “Truth’s Table”. “Hay personas promoviendo que lancemos a nuestros abuelos al matadero, que los sacrifiquemos en el altar del capitalismo”, añadió en referencia a los líderes republicanos que han sugerido que los ancianos estadounidenses podrían estar dispuestos a sacrificarse para salvar empleos.