COVID-19: las mentiras que dan vuelta al mundo

Publicado el: 20 marzo, 2020

Donald Trump usa desde hace días la expresión xenófoba “virus chino” para referirse al coronavirus. En Europa sólo la usan algunos dirigentes de ultraderecha. Pero Bruselas empieza a hablar de “virus ruso” para referirse al que provoca una epidemia de informaciones falsas, medias verdades o simplemente mentiras. La Comisión Europea cree que el Kremlin, aprovechando la crisis provocada por el coronavirus, intenta, como hizo en pasados procesos electorales y en crisis como la que provocó la llegada masiva de refugiados en 2015, desprestigiar la UE y la OTAN. 

El gobierno ruso niega las acusaciones, pero Bruselas está segura de que detrás de la oleada de “versos” que se expande por las redes sociales –especialmente por Facebook y Twitter – está la mano de Moscú. Un documento interno del Consejo Europeo acusa a los medios rusos controlados por el Kremlin de estar desarrollando “campañas de desinformación” para generar pánico y hacer que los ciudadanos europeos crean que sus dirigentes les mienten.

 

El documento, que surgió en el servicio diplomático europeo, asegura que las campañas de desinformación rusas están siendo lanzadas hasta en cinco idiomas (inglés, francés, alemán, español e italiano) y acusa a Moscú de intentar “agravar la crisis de salud pública en los países occidentales siguiente la estrategia del Kremlin de subvertir las sociedades europeas”.

Las mentiras son tantas que algunas veces son hasta contradictorias. Algunos aseguran que el virus es un arma biológica puesta en marcha por la OTAN para sembrar el caos y el miedo entre los ciudadanos occidentales para que estos acepten la imposición de una dictadura militar que iría desde Estados Unidos y Canadá hasta casi todo el continente europeo.

Coronavirus: ¿se viene la segunda ola?

Según esas campañas de desinformación, en Europa ya habría decenas de miles de muertos que las autoridades estarían escondiendo a los ciudadanos. La Comisión Europea asegura que trabaja con gigantes de Internet como Facebook, Google  o Twitter para que controlen la difusión de información falsa. La alemana Angela Merkel dijo el pasado martes a sus ciudadanos que atiendan a las informaciones oficiales sobre el virus y no a rumores diseminados en redes sociales.

El informe, que fue desvelado en primicia por el diario ‘Financial Times’, dice que la información que el Kremlin intenta difundir por Europa “asegura que el coronavirus es una creación humana, un arma de Occidente”. También que el primer ministro eslovaco Peter Pellegrini habría dado positivo por coronavirus (dio negativo) y que contagió a todos los dirigentes europeos en la última cumbre celebrada en Bruselas. Ninguno de los 27 dirigentes nacionales y ninguno de los dirigentes de las instituciones europeas ha anunciado haber dado positivo.

Otro de los “bulos” más difundidos asegura que la enfermedad –que en Rusia parece tener mucho menor impacto que en los países europeos a pesar de su larga frontera con China y sus relaciones comerciales con Beijing – es en realidad mucho más leve y que su impacto se exagera por parte de las farmacéuticas occidentales para aumentar sus ventas.

Las cumbres se celebran por videoconferencia desde principios de marzo para evitar los viajes y para no exponer a muchas personas a un eventual contagio, porque una cumbre europea, si se tiene en cuenta el personal que trabaja para organizarla y los periodistas que la cubren, reúne a casi 1.200 personas.

Un portavoz de la diplomacia europea dijo que los servicios de las instituciones europeas se limitan a “subrayar que la fuente o bien está en Rusia o bien puede ser conectada con plataformas que en el pasado fueron identificadas como favorables a los intereses del Kremlin”.

La UE puso en marcha en 2015 un equipo (el East StratCom Task Force) para desmentir las campañas de mentiras que lanzaba Moscú. El Gobierno ruso dice que Bruselas tiene “obsesión anti-rusa”.

 

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