Ante la posibilidad de que la carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) cierre de manera definitiva, el alumnado alza sus voces para manifestarse en contra del cierre. Es por esto, que se invita a toda la comunidad, este viernes, desde las 17, en la plaza Independencia, a luchar en contra del cierre.
La convocatoria,”el último grito”, pretende reunir a todos los estudiantes de las facultades y a la comunidad de interesados que quieran sumarse al reclamo.
Este conflicto comenzó en 2017, cuando la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU ) realizó una evaluación de la carrera y detecto que faltaban 30 puntos de los requisitos necesarios para seguir funcionando. Ante esto, se decidió quitarle la acreditación, obligando al cierre de las inscripciones. La Facultad de Agronomía y Zootecnia optó por asimilar el decreto y presentar el proyecto de abrir una nueva carrera, buscando la aprobación del mencionado ente.
Sin embargo, no fue nada simple el proceso. “En 2018 se hacen todas las presentaciones necesarias, y CONEAU responde que la causa estaba encaminada, pero detecta un déficit en 13 puntos. En abril de 2019 se vuelve a presentar la documentación, y ahora en octubre nos respondieron que quedan cinco puntos por corregir”, explica Augusto Araoz, estudiante de cuarto año de la carrera y Consejero directivo por el estamento estudiantil.
El tema central a resolver son los docente. La CONEAU detalla que los profesores que actualmente dictan las clases no pueden estar a cargo de las catédras. Por eso, se necesita contratar un nuevo personal con determinados currículum. “Son 18 cátedras las que están cuestionadas y, para resolver la situación, es necesario una partida presupuestaria”, agrega el estudiante.
Ante tan frágil situación, lo que más apremia es el tiempo, ya que debe ser resuelta en los próximos 20 días. Pese a esto, los estudiantes no dejan de manifestarse y mantener las esperanzas de poder seguir estudiando normalmente. También cuentan con el apoyo del Consejo Superior, que se mostró a favor del reclamo estudiantil, comprometiéndose de forma económica y académicamente para conseguir la acreditación.