Los problemas suelen ser los mismos de siempre. Interminables. Se prolongan de manera indefinida en el tiempo y dejan a los tucumanos sumidos en un estado de impotencia y de resignación. La Sociedad Aguas del Tucumán es uno de los entes que más detractores tiene en la provincia: las quejas sobre la SAT son interminables.
Los reclamos frecuentes suelen ser por derrames cloacales, pérdidas de agua potable, falta de reparación y ejecución de obras que pueden llegar a convertirse en una trampa para cualquiera: es lo que le sucedió a una conductora que estuvo a punto de quedar su vehículo atrapado en un pozo en una calle, en Barrio El Bosque.
El insólito incidente se registró en Juan José Paso al 400, donde una empresa contratada por Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), está a cargo de la realización de diversas tareas. Allí, los operarios realizaron un pozo en la entrada de garaje de una casa familiar: lo increíble es que lo hicieron sin previo aviso, ni dejaron señalización alguna en el lugar que de noche se convierte en una boca de lobo. El motivo de esta excavación de gran tamaño, es para la colocación de nuevos caños de agua. En efecto, es difícil sino prácticamente imposible, que un conductor pueda llegar a verlo, si previamente no sabe que está ahí.
Es lo que le sucedió a F. H. , la hija de una vecina, quien accede al lugar por la noche y no pudo advertir sobre el pozo y la rueda de su auto quedó estancada en la fosa. “La copas de los arboles generan sombras y con la poca luz de la calle. Yo no pude ver que habían hecho un pozo de grandes dimensiones, bastante profundo. Ingresé el auto con normalidad y en un momento siento que el vehículo se trabó por un montículo de tierra que nunca vi. Cuando bajé a ver, me doy cuenta que la rueda trasera derecha estaba al borde de entrar al pozo, lo cual si pasaba a mayores, iba a significar daños en mi auto“.
Al día siguiente del hecho, por la siesta, la mujer se apersonó al lugar para hablar con alguien de la empresa y pedir algún tipo de explicación de por qué, al menos, no habían colocado una cinta de precaución. “Encontré a uno de los muchachos que estaban ahí cavando y le pedí una explicación de por qué no pusieron la faja de peligro. Esto podría haber sido peor si alguien, incluso viene distraído y se dá con esto”.
En respuesta al reclamo de la damnificada, el empleado no pudo dar ninguna respuesta. “Este muchacho me dijo que no había alguien que los ordene, que le dé pautas claras. Me llegaron a declarar que trabajan hasta 11 horas por día, lo que es una brutalidad por el calor que hace, con una pala en la mano y haciendo los pozos”, comentó indignada a TucSinFiltro.
