“Qué paso con Ledo? No sé. A Ledo nunca en mi vida lo vi”. Una frase que pinta de cuerpo entero lo que fue la primera jornada del juicio oral por acusación de delitos de lesa humanidad contra César Milani y el ex capitán Esteban Sanguinetti en perjuicio del soldado riojano Alberto Agapito Ledo durante Junio de 1976 en Monteros.
Milani se desempeñaba por entonces como subteniente del Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 del Ejército Argentino y está imputado por Falsificación ideológica de documento pública al sospechar que hizo un acta de deserción de la víctima y el encubrimiento por los delitos que habría sufrido Ledo. Sanguinetti fue capitán del Batallón de Ingenieros 141 y está acusado de haber participado en la privación ilegítima de la libertad y en el homicidio calificado (por alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas) del conscripto.
“Ese documento fue armado y no sé dónde se sacó esa fotocopia”, dijo Milani, aseverando que el mismo tiene “tantos errores groseros” que “nunca un subteniente podría haber cometido”. Toda la documentación original desapareció del Ministerio de Defensa de la Nación.
El tribunal compuesto por Gabriel Casas (presidente), Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal (subrogante) escuchó la declaración del ex titular del Ejército durante la presidencia de Cristina Kirchner que tuvo pasajes de sorpresa.
“¿Quieren saber cuál es el destino de Ledo? Estoy convencido que tienen que seguir la pista de inteligencia acá en Tucumán. Después apareció un testigo, Tello, que dice haberlo visto a Ledo con vida a fines de 1976 entrando a un centro clandestino de detención con tres personas”.
“Nunca encubrí, nunca torturé, no sé lo que es un centro clandestino de detención”, aseguró, al mismo tiempo que tuvo palabras para con los familiares de la víctima: “me solidarizo con su madre porque percibo lo que debe ser que le saquen un hijo a los 20 años”.
El anterior proceso fue el que enfrentó en La Rioja, por el secuestro y las torturas sufridas por Pedro Olivera y su hijo, Ramón, durante la última dictadura militar, en el que resultó absuelto hace exactamente dos meses y logró recuperar su libertad.