En una insólita acción, treinta personas irrumpieron en una comisaría para dejar un féretro dentro: el objetivo era que uno de los hijos del fallecido, que se encontraba detenido en esa seccional, pudiera “asistir” al velatorio, luego de que le hubieran negado el pedido que había hecho anteriormente.
El llamativo hecho sucedió en la comisaría 42 de Tartagal donde los intrusos convirtieron la dependencia policial en una sala velatoria como reacción a la negativa de permitir al detenido “despedirse” de los restos de su padre.
Los policías se quedaron sorprendidos cuando desde un camión flete bajaron un ataúd con una persona fallecida en su interior y lo colocaron en el hall de entrada de la comisaría.
“Es para que pueda estar cerca de su papá en los últimos minutos porque a la mañana lo llevamos al cementerio”, explicaron, según indicó el diario La Gaceta de Salta.
Luego de la llamativa iniciativa el fiscal debió ceder en autorizar al preso a acompañar a sus familiares al cementerio, debidamente custodiado.