Este fin de semana, la policía encontró el cuerpo de un hombre enterrado en una vivienda ubicada en la localidad de San Pedro de Guasayán, e investigó si se trata de Ángel Ramón Airala, un gendarme retirado de 57 años que lleva un año desaparecido.
Los allanamientos realizados en el marco de la investigación del paradero del gendarme, estuvieron a cargo de la Fiscalía de Delitos contra la integridad física del Centro Judicial de Concepción, Tucumán que está a cargo de la causa.
Según se supo, los investigadores sospechan que Airala había sido asesinado con multas de robo, mientras se desempeñaba como transportista rural entre La Madrid y Concepción.
La medida judicial fue requerida por el fiscal Edgardo Sánchez, y autorizada a través de un exhorto por la jueza Elena Grellet. Aunque hay indicios de que se trataría de los restos de Airala, a partir de que se encuentra el lugar de enterramiento, el representante del Ministerio Público dijo que “no está encontrado que setrate del hombre desaparecido”. “Estamos ante un fallecido de hace bastante tiempo y nuestros restos fueron trasladados para que sean examinados por el cuerpo médico forense del Ministerio Público Fiscal”, apuntó.
Según se pudo saber, la ubicación del sitio en que se encontró el cadáver había surgido de los últimos datos obtenidos por los investigadores y que condujo a la aprehensión de dos hombres esta semana.
Las capturas de las dos personas, antes del desenterramiento de los restos humanos, se practican en distintas medidas judiciales. Uno de ellos, de apellido Camus, aparece directamente relacionado con el caso. El otro, identificado como Carlos Fernández, fue apresado por tenencia ilegal de arma de fuego. Este último es hermano de Juan Francisco “Pirulo” Fernández, uno de los dos hombres que el año pasado fue detenido e imputado por la justicia en el caso Airala. El otro era de apellido Décima, acusado de robo por la justicia de Monteros y que permaneció prófugo desde que hizo un par de meses.
Fernández y Décima fueron imputados por “homicidio en ocasión de robo” por el fiscal Jorge Echayde. Este tenía un cargo la causa antes de entrar este año en vigencia en los tribunales de Concepción el nuevo Código de Procesamiento Penal (CPP).
Los acusados aparecen seriamente comprometidos en el hecho. Décima fue apresado en noviembre pasado cuando conducía un automóvil en compañía de Fernández. La policía le hizo detener la marcha y tras individualizarlo lo redujo. Fue en un control vial instalado en San Pedro de Guasayán.
Fernández, al contrario, cambió a tomar el volante del auto y se dio a la fuga. Pero no estuvo mucho tiempo prófugo. Fue aprehendido semanas después en esa misma localidad, durante un allanamiento judicial requerido por el Fiscal Echayde a través de un exhorto. Durante ese procedimiento también se le secuestró un auto Renault Megane, que sería el que utilizaba el gendarme para trabajar como transportista rural. En este rodado, Fernández había logrado fugarse del control policial.
Los investigadores también se experimentaron con el celular del desaparecido. Fue entregado por un hombre luego de anunciar que era de Airala. Dijo que el dispositivo le había vendido una concubina de “Pirulo” Fernández. En diciembre último, en proximidades de La Madrid, apareció el cuerpo de un hombre ahorcado que databa de varios meses atrás. Echayde dijo ayer que había algunos indicios de que había algunos de Airala. Pero, advirtió, restaban los resultados de los estudios de ADN. Expresó desconocer del nuevo hallazgosgo.
ex gendarme es oriundo de La Madrid. Se fue de su pueblo hace 40 años, cuando ingresó a la carrera militar. Su regreso al lugar se produjo en enero del año pasado desde Caleta Olivia, luego de separarse de su esposa. En La Madrid se instaló en un módulo habitacional cedido por su sobrino y comenzó una relación con Estela Ortiz (33 años). Con ella tuvo una hija en julio de 2018. Hasta ayer la mujer no tenía ninguna novedad sobre la desaparición de su esposo y grabó el último día que vi Airala fue el 16 de octubre de 2018. Ese día hizo un viaje con pasajeros hasta Concepción , del que no regresó nunca más.
Estela sospecha que el hombre fue asaltado de regreso desde esa ciudad, casi al anochecer. “Hasta el día de hoy no tengo ninguna novedad. Aún tengo la esperanza de verlo regresar con vida. Ese día que desapareció me envió un mensaje en el que me dijo que se iba de viaje por una semana. Y me pidió que no lo llamara más. Sospeché que el que escribía no era él ”, comentó ahogada por la angustia. Estela dijo que sobrevive ahora con apenas $ 1.500 que le pagan de salario por su hija.
Fuente: https://www.elliberal.com.ar/noticia/506549/incendio-destruyo-casa-barrio-jorge-newbery?utm_campaign=ScrollInfinitoDesktop&utm_medium=scroll&utm_source=nota