Se llaman Facundo Luis Vázquez y Noelia Giudice. Son dos policías. Uno reviste el cargo de agente. Ella, es una cabo. Trabajan en la Patrulla Motorizada en Las Talitas. En la siesta del domingo les tocó protagonizar una situación que probablemente no se repita más en sus respectivas carreras. Llegaron a tiempo, en el instante justo en que una mujer sujetaba en sus brazos a su hija, una pequeña de tres años a la que tenía intenciones de arrojar al vacío desde un puente.
“Cuando estaba haciendo el relevo en mi base escuché vía radial que una mujer se encontraba con una niña en sus brazos a la vera del puente con actitud de arrojarla al vacío. Inmediatamente pedí permiso a mis jefes y me dirigí hacia el lugar”, explica Vázquez. Está parado en el puente ubicado en la avenida Juan B. El que pasa sobre la Ruta Nacional N° 9 en la localidad de El Colmenar, lugar donde rescató a la pequeña.
“Cuando llegué, vi una situación bastante crítica, dado que la mujer la sostenía a la niña en sus brazos para arrojarla, sin querer mediar palabra con las personas que la rodeaban. Al acercarme, y ver mi uniforme, su actitud se tornó más difícil. Ahí comencé a realizar una mediación acorde a lo que aprendimos en la Escuela, me saco el casco, el arma y el pasamontañas tratando de hacer uso de la palabra para tranquilizarla, ya que se encontraba alcoholizada, intoxicada y con una actitud prepotente y desafiante”, cuenta el agente. En ese lugar, apenas 24 horas después, recreó inexplicable de lo que pasó. La órbita para la que trabaja depende de la Dirección General de Prevención Ciudadana, a cargo del comisario Servando Burgos.
“Mientras intentaba apaciguar a la mujer para que saque a la niña de ese lugar peligroso, llegó mi compañera, la cabo primero Noelia Giudice, quien por un costado logró agarrar a la pequeña, mientras trataba de distraer la atención de la mujer para que sea eficiente el trabajo. Así se logró resguardar a la menor, la pusimos a salvo dentro del móvil, y a la mujer se la trasladó a la comisaría de El Colmenar”, siguió su relato el agente de 24 años, quien se desempeña en la Policía desde 2017 y fue el primero en llegar al puente, alrededor de las 15 del domingo.
“Son segundos donde no sabemos qué va a pasar, si vamos a hacer un bien o se va a tornar más difícil, pero gracias a la preparación y las enseñanzas que tenemos en nuestra base, pudimos hacer una pantalla para salvar la vida de la niña. Es una situación dura y tensa porque la menor se encontraba llorando y la mujer en un estado muy crítico. Son segundos que nos toca pensar como efectivos si lo que hacemos va a estar bien o mal, pero siempre priorizando que es una vida que está en peligro y hay que salvarla”, resaltó el agente.
“Tenemos una profesión que muchas veces no es muy bien vista, pero tenemos muchas cosas que exige preparación y nuestros jefes siempre nos guían para tener un desempeño óptimo. Esta fue una situación muy difícil, pero pudimos cumplir con nuestro objetivo: sentirnos que hacemos un bien a la comunidad”, concluyó Vázquez.
“Es una satisfacción muy grande para nosotros poder ayudar aunque sea con poquito a que esa nena esté bien. Como mujer, me afectó muchísimo, duele ver que una madre sea capaz de hacerle daño a su hija”, expresó por su parte la agente Noelia Giudice, de 40 años, quien es policía hace más de 14 años y es la primera vez que se enfrenta a una situación tan crítica y salva una vida.
Mientras Vazquez y Giudice lograban evitar que la niña sea arrojada al vacío, otros dos agentes de Patrulla Motorizada también participaban del procedimiento: Isaac Antonio Amado (44) y Diego Orellana (42).
En cuanto a la situación de la madre de la pequeña, desde la Fiscalía de Turno Especializada en Delitos de Violencia de Género, se dispuso que la mujer continúe aprehendida y sea presentada ante la Justicia.
