A partir de este sábado, el impuesto que grava al carbono y los combustibles líquidos subirá un 11,8% porque se ajusta en base a la inflación del primer trimestre del año. Y parte de esa alza que deberán afrontar las petroleras se trasladará al precio de las naftas. Así las cosas, según cálculos de los estacioneros el gasoil subirá un 3% y las naftas un 4%, lo que equivale a una remarcación en el caso del litro de la Súper de entre $1,7 y $3 del valor actual, según la región del país y la petrolera.
Y si bien desde el sector descuentan que la Secretaría de Energía volverá a desdoblar la suba del gravamen, tal como ocurrió en marzo y abril pasado, el alza de todas formas se espera que sea entorno al 4% para el caso de las naftas porque las compañías aducen que el valor está retrasado respecto del barril de crudo Brent, que subió en 5 meses 13,5% en dólares, y además por la inflación y la devaluación del dólar frente al peso, por lo que aplicarían un ajuste del 2% que se sumaría a otro 2% del impuesto, desdoblado.
Desde las petroleras, salieron a advertir que el precio de la nafta está retrasado entre un 6% y un 20%. El aumento del impuesto se aplica por decreto y si bien podría salir publicado en el Boletín Oficial el lunes 3 de junio siempre es retroactivo al 1 de cada mes, por lo que las petroleras aplicarán los aumentos desde este sábado 1 de junio.
En enero, el litro de la nafta Súper de YPF estaba $36,99 y ahora se vende a $42,01, un alza del 13,5% en sólo 5 meses.
En tanto, el barril de crudo Brent, el petróleo que compran las petroleras, aumentó de 53 dólares el 3 de enero ($2100 a la cotización en esa fecha) a casi 69 dólares hoy ($3100), es decir, un 51% de aumento medido en pesos. Pero el precio de la nafta se compone una parte por la cotización internacional, y otra por los impuestos, la inflación, salarios, costos de producción, tarifas, etc.
En 4 meses, la inflación acumula un 15,6% mientras que el peso se devaluó desde enero a la fecha un 19%, lo que se traslada al valor de las naftas.