Tres puntos que valen oro. Tres puntos que quizás muchos no imaginaron antes de que la pelota empezara a rodar en La Bombonera. Pero Atlético sabe ya de ganarle a Boca de local. Su último golpe se había dado en 2016, es más: Boca no puede ganarle al conjunto tucumano desde 1981. Sí, podía haber sido considerada una empresa difícil para un Atlético que venía golpeado después de ser vapuleado por Unión.
El primero llegó luego de un centro que desconcertó a toda la defensa endeble del actual bicampeón del fútbol argentino: la pelota le viboreó al arquero Esteban Andrada y le quedó servida a Gervasio Núñez para abrir el marcador. Antes, Boca se había mostrado más incisivo y el gol de Atlético lo sumió en una serie de errores que fue colmando la paciencia de todos.
En el complemento, Boca encontró el gol en el momento menos pensado a través de Wanchope Avila. Una guapeada del delantero que terminó en la red. Después, los cambios que dispuso el técnico Gustavo Alfaro terminaron por desacelerar lo que podía ser el momento del local. Carlos Tévez que se había mostrado criterioso y Sebastián Villa que había causado algunos desbordes dejaron la cancha para que ingresaran Darío Benedetto y Cristian Pavón. Lo del punta de Boca, fue otra vez decepcionante. Ahí se quedó todo el intento del local.
Y Atlético se encontró con un gol-error del central Izquierdoz-y merced un rebote Barbona metió el segundo. Fin de la historia.
No fue la noche de Boca. O mejor dicho, fue la noche en que se despidió de la chance de pelear el Tri: las matemáticas le dan, sí, pero está a diez de Racing y Defensa, los punteros. El “Decano” golpeó justo y no perdonó a la hora en que surgieron los desaciertos defensivos del xeneize.