El piloto que volaba el avión que transportaba al futbolista argentino Emiliano Sala de la ciudad francesa de Nantes a Gales, Dave Ibbotson, no tenía una licencia comercial y acumulaba deudas por 23 mil dólares, según informó la prensa inglesa.
El periódico The Sun publicó que Ibbotson, de 59 años, tenía solo una licencia de piloto privado y que trabajó como plomero y DJ en una discoteca para financiar su pasión por los aviones.
El piloto estaba promocionando su negocio ligado a la plomería y había realizado trabajos como piloto registrando horas de viajes poco exigentes para transportar a paracaidistas.
Según el rotativo londinense el piloto le dijo a sus amigos en Facebook que se sentía “un poco cansado” antes de que iniciar el viaje junto a Sala el pasado lunes y desaparecer del radar tras perderse en el Canal de la Mancha.
Un amigo de Ibbotson le dijo al diario que “Dave era mejor plomero que piloto. En realidad nunca lo consideramos realmente un piloto, él era solo el hombre que controlaba el avión cuando subían los paracaidistas”.
El paradero del Piper-Malibu se desconoce desde la noche del lunes pasado, cuando se registró el último contacto cerca del faro de Casquets, a unos 12 kilómetros de Alderney, una de las islas del Canal de la Mancha.
La Policía de Guernsey suspendió este viernes de manera definitiva la búsqueda de Sala y del piloto tras su desaparición en el Canal de la Mancha y reconoció que su aparición con vida ya es “remota”.
En contraposición con la determinación de la policía, la hermana de Sala, Romina, pido ayer en una conferencia de prensa en Cardiff que “por favor no cese la búsqueda” y remarcó que Emiliano es “un luchador” y que seguro “está vivo”.
Al mismo tiempo, futbolistas y clubes se unieron para pedir que “no dejen de buscar” a Sala luego de la decisión de las autoridades británicas de abortar la operación.