Una versión totalmente distinta a la que habían asentado en sus explicaciones en la guardia del hospital Padilla cuando ingresó un joven baleado en la cabeza, obliga a la pesquisa a redireccionar la investigación. Es que el último día del 2018, un hombre de 35 años debió ser intervenido quirurgicamente por un disparo que recibió en la cabeza y que lo mantiene al borde de la muerte.
En un primer momento, el amigo del sujeto herido que lo llevó al nosocomio aseguró que que habían sido asaltados en avenida Colón a la altura 3.500, y que había sido baleado cuando se resistió al robo de su billetera y teléfono celular.
El disparo impactó en el parietal derecho de la víctima.
Pero, ahora un hombre de apellido Lezcano se hizo presente en la comisaría jurisdiccional y aportó otra versión de los hechos donde asegura que antes de la medianoche del lunes, cuando se dirigía a su casa en motocicleta, encontró a su sobrina sentada en la vereda junto a su novio y un amigo de este. Lezcano le habría hecho un reproche a la mujer y empezaron a discutir. El novio de la joven llegó a sacar un arma y empezó a dispararle.
Uno de los disparos del novio habría herido a su propio amigo en la cabeza, y ambos se subieron a una motocicleta. En el camino, sobre la avenida Colón, se encontraron con un patrullero. Dejaron la motocicleta allí y se subieron al vehículo de la Policía.
Llegaron al hospital Padilla y el amigo herido ingresó como NN (sin identificación). El informe consignó que se trataba de un hombre de entre 35 y 38 años, unos 1,70 metros de altura, tez trigueña y contextura robusta, con cabello negro y corto.
Los investigadores se dieron con que el supuesto autor del disparo se había marchado. Por ello, se emitió una orden de captura. La causa está en manos del fiscal Diego López Ávila.