La ex novicia Susana Acosta, que fue condenada junto a la también ex novicia Nélida Fernández a 20 años de prisión por el asesinato de Beatriz Argañaraz, pidió su libertad ante la Justicia.
“Betty” desapareció el 31 de julio de 2006, cuando se dirigía a su trabajo en un colegio la capital tucumana en el que iba a asumir como directora. Nunca más se la volvió a ver.
“Fui notificada por Ejecución de Sentencia para ponerme en conocimiento de que Susana Acosta está solicitando la salida del penal de mujeres”, contó Liliana Argañaraz.
“En estos 12 años jamás presentaron arrepentimiento. Son personas peligrosas no pueden ser reinsertadas en la sociedad, asesinaron a una persona una vez y no tengo dudas que lo volverán a hacer”, explicó.
“Cuando terminó el juicio fui amenazada. Tiraron dos bombas molotov en mi casa. Tengo la obligación de cuidar a mi familia y si tuvieron la capacidad de llegar a mi domicilio ¿no lo harán otra vez?”, agregó.
Pese a las pruebas en su contra (había manchas de sangre de Argañaraz en la pared de su departamento), Acosta y Fernández nunca admitieron el crimen y nunca se halló el cuerpo.
Mitad de la condena
Liliana Argañaraz contó que en el penal la ex novicias son líderes y profesan con la religión. “Hacen lo que quieren”, sostuvo. Y explicó que Acosta hizo el pedido porque está por cumplir la mitad de la condena. “Psicólogos y psiquiatrías, al igual que una fiscal, dieron la negativa. No están en condiciones de salir”, contó.
Ahora la decisión está en manos de un juez. “Determinará que se hará al respecto y estudiará bien la situación de quienes son cada una de ellas. No pueden estar en la sociedad; no se puede permitir que estas asesinas estén de vuelta”, finalizó Liliana.