La vida de Andrés Poviña, un joven de 19 años, se encuentra en jaque debido a las lesiones sufridas como consecuencia de la caída desde el tercer piso de un departamento de un edificio durante una reunión de varios jóvenes que se preparaban para ir a bailar. Pese al paso de las horas, nadie por ahora ha podido indicar con precisión las circunstancias por la que el joven cayó al vacío: en el departamento de un odontólogo se habían reunido varios adolescentes de entre 18 y 19 años que habrían consumido bebidas alcohólicas mientras realizaban la “previa” para ir a bailar. María del Carmen Reuter, quiere determinar a través de las sucesivas pericias a quienes estuvieron en el lugar que pudieron haber consumido y si pudo haber existido una pelea en el lugar que determinase la caída de Poviña.
El adolescente fue hallado en la superficie de césped, dentro del complejo de propiedades ubicado en Presidente Perón y Salta, en Yerba Buena, durante la madrugada del domingo, donde habría estado durante dos horas tirado sin que nadie se hubiera percatado del hecho. Lo extraño es que, según la primera declaración que ofrecieron quienes estuvieron en el lugar es, precisamente, que ninguno de los presentes “se dio cuenta” de lo que había pasado, ni siquiera, dos chicos que habían acompañado a Poviña al lugar y que se presume, eran sus amigos.
Cuando “se enteraron” de lo sucedido, varios de los jóvenes que habían estado en el lugar regresaron y se mostraron sorprendidos luego de que un guardia encargado de la vigilancia en todo el predio de edificios conocido como “El Buen Vivir”, se encontrara con el joven en medio del lodazal formado por la intensa llovizna que se precipitaba durante la madrugada del domingo. Eso habría podido ser lo que “amortiguó” un poco la caída y le habría salvado la vida en primera instancia.
Poviña se encuentra internado en estado delicado en una clínica privada donde sus familiares esperan novedades de su evolución, sin saber también que pudo haber pasado.
Por el hecho, ya prestaron declaración seis jóvenes ante la fiscal Reuter quien solicitó una rigurosa pericia exhaustiva toxicológica y de expertos que examinaron a cada uno de los que estuvieron en el lugar. El objetivo es determinar si alguno pudo haber protagonizado una pelea con el adolescente, quien por ahora, no ha podido dar su versión del hecho debido a su condición. Los investigadores también buscan testimonios de los vecinos, quienes se percataron de lo sucedido a través del ruido de la ambulancia que llegó al lugar para auxiliar a Poviña. Varios se mostraron molestos con la situación, a la vez que advirtieron que los jóvenes que habían regresado al lugar luego de que se fueran a bailar “estaban exaltados” ante la situación.
Otros vecinos indicaron que sólo se enteraron de lo que había pasado avanzada la mañana del domingo, a través de los muchos rumores que circulaban en el lugar por el incidente registrado en el departamento que pertenece al odontólogo Sebastián Juliano. En diciembre de 2017, un juez de instrucción dictó el cese de prisión de Juliano, procesado por abuso sexual de una adolescente, quien lo acusó “de ser engañada para mantener relaciones sexuales”. Según la acusación el odontólogo participó del viaje de egresados a Bariloche como “padre cuidador” (su hijo concurre al mismo colegio que el de la víctima) y en ese contexto se habría ganado su confianza. Según la denuncia de la familia, habrían seguido en contacto y él la habría inducido a mantener relaciones sexuales.
En el marco de la investigación de lo que sucedió con Poviña, por ahora, la versión principal, aportada por los jóvenes, es que pasada la medianoche se reunieron en ese lugar donde tomaron bebidas e hicieron la previa para ir a bailar a un boliche. Los jóvenes habrían indicado que se fueron del lugar en varios autos y que nadie se dio cuenta de la ausencia del adolescente ni de las circunstancias por las que cayó al vacío.