El plan del Banco Central tiene dos costados: por un lado una fuerte retracción de pesos, pero por otro un significativo aumento de las tasas de interés.
Para los ahorristas esto podría parecer una oportunidad, porque los bancos decidieron salir a pelearse para captar depósitos en pesos. Pero en realidad con la decisión de dejar de emitir pesos bajada por el fondo, no solo se termina de romper la cadena de pagos sino que la economía productiva en su conjunto se enfría.
Las entidades bancarias líderes salieron con “ofertas“, con la posibilidad de efectuar plazos fijos a tasas superiores al 50%. En algunos casos se está pagando incluso 52% y hasta 53% anual en pesos.
Los bancos tienen ahora un fuerte incentivo para colocar nuevos plazos fijos. Ocurre que parte del dinero que captan lo aplican directamente a suscribir Leliq (Letras de Liquidez) que coloca el Central. Sandleris, reconoció que las entidades financieras tendrán “un aumento de la rentabilidad” por este incremento de tasas. Por lo tanto, el negocio es salir a conseguir pesos para luego reubicarlos en el Central.
Las tasas superiores al 50% anual están arriba de la inflación esperada en términos anuales. Aunque por otro lado se ubica por debajo de los niveles registrados en septiembre, que se estima en 7%.