La detención del agente Nicolás Montes de Oca, uno de los policías sospechado por la muerte del menor Facundo Ferreira, originó críticas de distintos sectores, muchos de los cuáles hacían hincapié en la adicción que sufre el efectivo y que sería origen de su conducta.
Desde el Ministerio de Seguridad se informó que se iniciaron las actuaciones administrativas para pasar a disponibilidad a un agente que fue aprehendido el sábado por la tarde sospechado de haber participado de un arrebato.
Por orden de la fiscal, Adriana Reinoso Cuello, Montes de Oca quedó alojado en una dependencia policial.
El jefe de la Policía, comisario José Díaz, hizo referencia a la situación y aseguró que el hecho “nos duele como institución”. Explicó que el policía “estuvo protagonizando un hecho delictivo en la Banda del Río Salí”. “Hoy está detenido a disposición de la Fiscalía por haber sido sorprendido in fraganti en la modalidad de robo como arrebato”, agregó.
Díaz fue claro respecto a la postura asumida ante estas acciones: “estamos trabajando para depurar nuestras filas”.
Además comentó que personalmente se traslado hasta la comisaría de Banda del Río Salí para felicitar al personal policial actuante y a los vigías municipales, en la detención de Montes de Oca.