La senadora, que durante sus dos mandatos presidenciales nunca impulsó el debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo, explicó su cambio de postura: “Los pibes, una vez más, advierten el cambio de época y demandan ser escuchados. Si quieren saber quiénes me hicieron cambiar de opinión fueron las miles y miles de chicas que se volcaron a la calle. Verlas abordar la cuestión feminista, verlas criticar, pero también describir la realidad de una sociedad patriarcal nos debe colocar a todos en un lugar distinto”.
Luego dijo: “No es fácil abordar un tema de esta naturaleza, pero es obligación hacerlo a partir de la comprensión, más allá de nuestras creencias y convicciones”. Por otra parte también les pidió al colectivo feminista que no se enoje con la iglesia ni con los sacerdotes.