Por Sergio Silva-Un adolescente de 17 años escapó del Instituto de Menores Julio Argentino Roca este martes. Lo hizo en motocicleta y con un arma en la mano, luego de haber recibido ayuda de su propia hermana y de haber derribado de un “culatazo” a un comisario. El protagonista del escape no es un cualquiera: se trata de un miembro del denominado “grupo Reyna”, vinculado con el negocio del narcomenudeo en “La Bombilla” y Manantial Sur. Le dicen “El Gordo” y está implicado por el crimen de Fabio Sebastián Farías, de 18 años, ultimado de tres disparos. Se trata de alguien capaz de atacar a quien se interpone en su camino: el comisario José Décima sufrió un golpe en la cabeza por parte del joven delincuente, luego de que quisiera impedir que saliera por la puerta principal del lugar. Insólito.
Poco después de que se conocieran los detalles del polémico escape, la fiscal María del Carmen Reuter solicitó la aprehensión de un agente de policía quien está sospechado de connivencia con la insólita maniobra.
Un antecedente
¿Fue una fuga premeditada que contó con colaboración interna? ¿Una demostración de poder de su familia? ¿Existe algún tipo de mensaje detrás? En los últimos tiempos, se produjeron diferentes escapes del Instituto Roca. Ninguno tuvo las características de la fuga consumada este martes. Los códigos entre los denominados “clanes” suelen estar escritos con este tipo de hechos que sirven para decirle al otro, el enemigo, quien es uno. Los especialistas lo saben.
Algo similar sucedió hace dos años con José Antonio “Pico” Peralta, el líder de “Los Treinta”, otro grupo que creció desmesuradamente en los últimos meses cultivando un bajo perfil. El 8 de septiembre de 2016, Peralta, acusado de “tenencia y comercialización de estupefacientes” se fugó de la comisaría de Delfín Gallo, luego de que sus cómplices “coparan” la dependencia policial, reduciendo a los pocos policías que había en el lugar. “Pico” salió caminando por la puerta. Ni siquiera el juez Fernando Poviña, en cuyo juzgado se tramitaba la causa, sabía que Peralta estaba alojado en esa comisaría. La banda se destaca por mantener su hegemonía en los barrios 11 de Marzo, Alejandro Heredia y San Cayetano en lo que al narcomenudeo se refiere. Poco después de la cinematográfica fuga, Peralta se entregó a la Justicia y trazó un relato humorístico respecto a “que se había sentido mal por una baja de presión” por lo que “aprovechó para salir porque vio la puerta abierta”. Sus enemigos, no obstante, se percataron del poder de fuego que tenía y tiene el grupo. El mensaje tenía como destinatarios a Los Garra, sus rivales en la lucha por el territorio.
¿Los Reyna quisieron demostrar algo similar? En ese caso, el mensaje sería dirigido a los Farías, a quienes acusan de haber proporcionado información clave a la policía para poder realizar los procedimientos que terminaron con la aprehensión de varios integrantes del grupo. El crimen de Sebastián Farías parece no haber sido suficiente.
Francisco Picón subjefe de Policía, confirmó en el programa Tinta Negra de Radio 9 de Julio, el violento hecho y dio detalles de la fuga. El adolescente contó con la colaboración de su propia hermana que le entregó un arma, la cual le sirvió para poder escapar.
“La información que tenemos es que el menor escapó,con la colaboración de su hermana que le entregó el arma. Los pormenores sobre cómo sucedió y esas cosas, son materias de investigación en este momento, lo golpeó al efectivo policial que estaba ahí, previo a amenazarlo con el arma” detalló.
En Tribunales quieren saberlo.