Anoche, la policía logró reducir a dos presuntos motoarrebatadores, que resultaron ser padres e hijos, a los que les secuestraron armas de fuego. En tanto que, durante el procedimiento de la aprehensión se aceró un amigo de ellos, que también quedó tras las rejas.
Alrededor de las 20.40, efectivos policiales del 911 realizaban recorridos preventivos en la zona de calle Paraguay y avenida América cuando observaron una motocicleta Honda Tornado sin patente en la que circulaban dos hombres. Sospechados de intentar cometer arrebatos en la zona, los uniformados fueron tras ellos.
Circulando por calle Paraguay, a la altura del 4700 lograron interceptar el rodado para poder identificar a los sujetos, que resultaron ser padre e hijo.
Marcos Antonio Lizárraga, de 41 años, tenía entre sus ropas una pistola calibre 9 milímetros y su hijo JOnatahn, de 18 años, tenoa otra pistola marca Bersa calibre .380 con 3 cartuchos en cargador colocado y uno en recámara.
Cuando se llevaba a cabo la requisa y los posteriores secuestros, se hizo presente un hombre que llegó ofuscado y se presentaba como amigo de los Lizárraga. Terminó corriendo la suerte de sus conocidos por intentar entorpecer el operativo. Se trataba de Marcos Díaz, de 36 años, que tenia en su poder una pistola calibre 9 milímetros con 10 cartuchos en cargador colocado marca Bersa .
Además de la moto en la que se manejaban padre e hijo, se secuestró
un auto Citroën C3, en el que llegó Díaz.
La Fiscalía de Turno avaló el procedimiento realizado.