La abogada tucumana Soledad Deza, reconocida a nivel nacional por haber representado legalmente a “Belén”, la joven que pasó más de dos años en prisión luego de haber sufrido un aborto espontáneo, estuvo presente en la sesión de comisiones de diputados, donde se debate el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).
“Vengo a hablar como abogada, como feminista y como defensora de los derechos humanos de las mujeres. Vivo en Tucumán, única provincia de Argentina que aún no ha adherido a la ley 25.673 que asegura provisión gratuita de métodos anticonceptivos, donde la educación religiosa está presente en todas las escuelas públicas, mientras la ESI no, y donde Belén pasó 29 meses encarcelada por sufrir un aborto espontáneo dentro de un Hospital”, sentenció la abogada al abrir su exposición.
Durante su alocución, Deza remarcó que los argumentos de quienes están a favor de la despenalización del aborto son posturas sociales, jurídicas, científicas y de salud pública, mientras que las posturas en contra de la despenalización son puramente religiosas y morales.
Por otro lado, la abogada apuntó contra el Estado, a quien le asigna un rol fundamental en la problemática de las muertes de mujeres a causa de abortos clandestinos.
En el final de su presentación, Deza remarcó las cinco razones para legalizar el aborto:
* Por una razón de igualdad: porque la penalización de la práctica es un mensaje estatal de maternidad obligatoria bajo la amenaza de cárcel.
* Por una razón de ciudadanía: porque mientras subsista la penalización del aborto en cualquier etapa gestacional, nuestros cuerpos estarán sometidos al mandato de gestar, nuestra soberanía reproductiva está recortada, nuestro placer sexual está vetado y nuestra libertad continuará sacrificándose en orden a mandatos religiosos o morales.
* Por una razón de justicia social y reproductiva: porque legalizar el aborto es la única manera de acabar con la hipocresía que autoriza que quienes como tienen privilegios de clase aborten en Clínicas Privadas cómodas y en cualquier etapa gestacional, mientras que son las mujeres de sectores populares las “imputadas” en causas penales y las que se exponen a la muerte o la maternidad forzada.
* Por una razón de salud pública: porque en nuestro país se realizan entre 379.000 y 522.000 abortos inseguros al año, según el Ministerio de Salud y el 18% de las muertes maternas son por complicaciones por aborto. Por ello, estar en contra de la legalización del aborto no implica defender la vida, sino estar a favor del aborto clandestino. El concepto de “vida” no es estrictamente biológico reservado exclusivamente para la valoración ética, religiosa o moral de un embrión. Vida es también un concepto vinculado directamente con la idea de “calidad de vida” y se pone en crisis cada vez que una mujer que cursa una gestación no deseada se enfrenta a la imposición de un plan de vida heterónomo o a un aborto inseguro.
* Por una razón de laicidad: porque exige a nuestros representantes que a la hora de legislar sean capaces de deponer las propias creencias religiosas y sus preferencias morales en orden a la construcción de consensos sociales verdaderamente inclusivos, en los que quepan todos los planes de vida y donde la vida de las mujeres no sea instrumentalizada al servicio de la reproducción indefinida de la sociedad.
