“El alcohol va a reemplazar el consumo de nafta, contribuirá a que no contaminemos y terminemos con esos contratos llenos de corrupción que nos llevaron a la importación” anunció el Presidente Macri en su última visita a Tucumán. Estas palabras ilusionaron al sector empresario que desde hace años bregaba ante los gobiernos nacionales para que se tomara esta medida, pero sobre todo abrió una puerta que estaba cerrada: la inversión en energías renovables que puede llevar a la Argentina a la vanguardia en materia energética.
Este es un punto que el tucumano José Cano, encargado del desarrollo del Plan Belgrano en el Norte, busca impulsar. “El sábado en Jujuy anunciamos la producción de 450 megas en esta etapa a través de la energía solar. Va a haber un fuerte empuje a la producción de energía renovable de biomasa. Si los ingenios tucumanos consiguen el financiamiento para producir energía eléctrica, Tucumán cubriría el 80% de su demanda”, indicó el funcionario macrista.
Este tema que volvió a instalarse en la agenda, busca dar solución a un gran déficit energético que se encuentra nuestro país. “Hay un déficit de más de 180 millones de pesos, el gobierno nacional ha dejado el país después de haber administrado recursos millonarios, en donde la matriz de corrupción del kirchnerismo ha hecho que las obras que efectivamente se tuvieron que haber hecho no se hicieron y las consecuencias las pagamos todos los argentinos”, señaló Cano.
La biomasa en Tucumán
La producción de caña de azúcar y las tecnologías de conversión de biomasa pueden promover un modelo de actividad económica sustentable y generador de empleo de calidad, tanto en el país como en la región. Así lo afirmó Jorge Scandaliaris, investigador de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), en una entrevista al Diario La Gaceta en Julio del año pasado.
“La importancia de la caña de azúcar para el NOA es porque entre Tucumán, Salta y Jujuy hay unas 350.000 hectáreas plantadas y 22 ingenios que procesan unos 24,5 millones de toneladas de caña”, argumentó el especialista. Además, destacó que el potencial de la caña de azúcar, no sólo como alimento valorizado, sino también para la producción de alcohol como biocombustible para la generación de energía eléctrica, de biogas de vinaza y de papel, y el aprovechamiento de la cachaza y de otros residuos para la producción de compost de efluentes.
En conclusión, el residuo de la caña de azúcar siendo recogido, enfardado y llevado a unas pequeñas plantas puede generar megas de energía eléctrica para vendérsela después a un comercializador.