Los antecedentes violentos que parecían marcar una relación, terminaron siendo elementos de peso a la hora de la investigación de la muerte de Ana Ríos. Franco Guerrero, el novio de la joven, quien cayó de un balcón en un cuarto piso de un edificio de San Juan al 800, tal como adelantó el viernes pasado TucSinFiltro, quedó aprehendido.
Tras sufrir la caída, la joven perdería la vida el domingo dejando a todo su entorno conmovido. La policia tenía la información de que Ríos, de 26 años, estudiante universitaria de la carrera de veterinaria, había mantenido una pelea con su novio. Fue el propio Guerrero quien lo reconoció. Sin embargo, también dio detalles acerca de que “se había lanzado” del balcón “antes de manifestarle su amor”. Hubo quienes al principio creyeron la primer versión de que la joven habría podido quitarse la vida: en su entorno había quedado instalada la versión de que la joven “había quedado deprimida después de haber perdido su trabajo”, algo que luego se descartó por completo. Fue el propio dueño del bar donde Ríos trabajaba, quien asistió al hospital preocupado luego de conocer lo que había pasado. Con el correr de las horas, las versiones de los diferentes hechos violentos fueron confirmando la posibilidad de la implicancia del joven. Los compañeros de Ana y sus amigos más confiables no hacían más que hablar de eso durante la marcha realizada frente a Tribunales.
El primero de los hechos data del 2016 que indica que la joven fue empujada por su novio por unas escaleras. De ese episodio constaría una denuncia realizada oportunamente. El segundo precedente es de enero de 2017, donde Guerrero protagonizó un escándalo en la casa de sus propios padres en la localidad de Maimará, Jujuy, donde Ana habría resultado con una herida cortante.
La tercera es de noviembre de 2017, cuando la muchacha fue increpada en plena calle por su novio, quien la habría golpeado. De este último hecho, según trascendió, queda el registro de las actuaciones policiales donde consta que Guerrero fue demorado.
Estos tres precedentes, más los comentarios de algunos amigos que conocían mejor los detalles de la relación que tenía la víctima con su pareja fueron los que terminaron inclinando la balanza a la hora de vincular al joven con la muerte de su novia. Será clave el informe del médico forense y las conclusiones de la autopsia para determinar, en definitiva, si la joven pudo haber caído accidentalmente, se arrojó o si fue empujada por el principal sospechoso.
