Las redes y los medios sirven a veces para difundir historias que rompen el corazón y conseguir ayuda para quienes la necesitan. Esta vez, se conoció la historia de un hombre que junto a sus dos hijos pequeños vive en una precaria carpa en Plaza Independencia después de que usurparan su vivienda, dejándolo en la calle.
Un informe realizado por El Tucumano cuenta la situación que pasa Luis Héctor Ángel Pérez, de 38 años, quien junto a Benjamín, de 7 y Luis Gabriel, de 10, acampan hasta que alguien les dé una solución.
Benjamín está muy enfermo y su papá cuenta que “es por este piso donde duerme. Un rato se levanta el vapor, después la helazón, viene lloviendo seguido, su cuerpito sigue mojándose, mojándose, mojándose y no le aguantaron sus defensas“.
“Les pido perdón a mis hijos por lo que les hago, pero es la única manera de reclamar que tengo. No he podido salir corriendo para llevarlo al hospital porque no tenía los medios. Tenían toda la ropa mojada. Mi madre fue a buscarles ropa seca, pero lo mismo se ha descompensado. A primera hora llamé al 107 y lo llevaron al Hospital de Niños. Se han portado bien los doctores. Si algo me pasa, les pido que los sigan atendiendo”, contaba Luis acongojado.
Todo comenzó en diciembre del año pasado en un hospital. Fue internado, y mientras a él lo cuidaba su señora los chicos quedaron con la madre. Durante esas noches de hospital, tal como denuncia, su casa en el barrio Manantial Sur quedó vacía. “En 15 minutos entraron a mi casa y me la usurparon: me robaron la heladera, el televisor, la cama, la desvalijaron. Soy el titular de la vivienda y me quemaron los papeles. Pero lo que más me duele es que me quemaron las fotos y la ropa de mis hijos. Todavía está el montículo de la ropa quemada, todo hecho cenizas”.
Después de eso, vivió de prestado dos semanas hasta que quedó en la calle y armó una carpa con plásticos en la plaza Independencia, debajo de uno de los naranjos más tupidos. De una de las ramas del naranjo sale una soga que se une con el tronco del farol que ilumina las noches de la familia. En esa soga está colgada una colcha y la ropa mojada de los chicos. Del otro lado de la carpa hay un cajón de verduras vacío con un par de manzanas y una cacerola donde Luis les cocina a sus hijos.
“Les estoy cocinando un guiso, les hago el té, les compro el pan. La gente se da cuenta lo que me pasa. Hoy me ha pasado algo que me rompió el corazón, que me partió el alma: vino uno de los chicos que vive en la calle y me dijo: ‘Amigo, lo he visto en la tele, a mí también me han quitado la casa gente mala. No se preocupe: ahora voy a ir a pedir tortillas’. Y volvió con pan y tortillas”, relata, totalmente quebrado.
Luis Pérez ya presentó la denuncia contra Melanie Medina, la cual consta de 15 fojas y pide la intervención del caso al gobernador Juan Manzur, esperando que el juez Juan Pisa le brinde una solución.
“Sólo pido que me devuelvan mi casa. Ya no tengo adónde ir. Le pido al juez Pisa que ablande su corazón. Por favor: que le devuelvan la casa a mis hijos o que me maten”.