Una negociación millonaria entre empresarios terminó este miércoles en San Miguel de Tucumán con una desaparición y un supuesto secuestro. Un empleado del ingenio San Juan fue secuestrado y pedían $2 millones para liberarlo.
Según fuentes oficiales y protagonistas del hecho, un hombre fue interceptado y retenido por un grupo de personas que se movilizaba en auto de color blanco. Los integrantes de la banda, en principio, lo habrían llevado por las avenidas Jujuy y Democracia y otros puntos. Dieron vueltas por la ciudad y durante ese tiempo habrían golpeado y amenazado de muerte a la víctima.
De acuerdo al relato denunciado, estas personas exigieron al damnificado que consiga $ 2 millones cambio de su libertad. También habrían llevado a este ciudadano por varios cajeros automáticos del centro de la capital, donde habría extraído alrededor de $ 7.500. Luego lo dejaron abandonado en la plaza San Martín, en la madrugada de este jueves.
La víctima era empleado del ingenio San Juan, radicado en Banda del Río Salí, y había salido durante la tarde del miércoles de una escribanía en el microcentro. Allí se habían convocado el arrendatario de la fábrica azucarera y un representante de la parte compradora. Habían acordado hasta ese momento una operación por un poco más de un 40% de las acciones de la empresa, por un monto de $ 27 millones, pago que se haría efectivo en dos partes.
De común acuerdo, el primer desembolso de la parte compradora se iba a concretar en un punto consensuado, también en la ciudad. Para ello, el empleado salió del estudio legal y se dirigió hasta San Lorenzo y avenida Bernabé Aráoz, con la idea de encontrarse con otro representante del sector comprador. Este tenía la misión de recibir ese capital y llevárselo a la familia administradora del ingenio, que iba a destinar el dinero al pago de salario de trabajadores. Ahí fue cuando el empleado desapareció, y ninguna de las transacciones se concretaron.
El empleado no apareció hasta la madrugada, en estado de shock y golpeado, según fuentes del caso. Durante el lapso de tiempo sin noticias del paradero de esta persona, los propietarios del ingenio realizaron la denuncia en la Policía y se había iniciado la búsqueda. A esto hay que sumar que uno de los administradores de la firma recibió llamados en los que se le solicitaba el pago de $ 2 millones para el rescate de su empleado pero rechazó el pedido.
“Tenemos más preguntas que respuestas sobre lo ocurrido”, dijo Lucas Terán, titular de la firma que arrienda el ingenio. El empresario se lamentó que este violento hecho se produjo en momentos en que la firma busca respuestas efectivas para los empleados. La justicia dispuso que la víctima se someta a un examen médico. Además, este tenía previsto ampliar su declaración, en el marco de la investigación.