Exactamente un año atrás, la provincia se conmocionó con un caso del que todo el país se hizo eco y que cruzó las fronteras del país impactando también en El Vaticano. Se trata de la misteriosa muerte del sacerdote Juan Viroche, cuyas circunstancias aún no han sido completamente dilucidadas ya que desde un principio se barajaron las hipótesis de un suicidio y un asesinato.
Quienes conocieron al cura Viroche nunca apoyaron la posibilidad de que se haya suicidado como determinó un informe de peritaje realizado por Gendarmería. Su familia, comunidad católica y amigos reafirman que el sacerdote fue víctima de un crimen debido a las denuncias públicas que realizaba respecto a narcotráfico, prostitución infantil y clientelismo político.
En el aniversario de su muerte, miembros de la “Multisectorial Juan Viroche” señalaron que el sacerdote la estaba pasando mal durante el último tiempo. “Desde que fue a la Legislatura (a llevar sus denuncias), la cosa se puso más pesada aún”, remarcó Daniel Nacusse en diálogo con un medio tucumano. En ese sentido, sostuvieron que en caso de que haya existido el suicidio debió ser inducido. “Si esto hubiera sido un suicidio, el fiscal tendría elementos para cerrar la causa hace rato y no lo hizo”, agregó Nacusse.
Por otro lado, el fiscal Diego López Ávila confirmó que con la investigación “se pudo determinar la identidad de la persona que amenazaba al padre Juan” desde distintos números de celulares. El fiscal aseguró que se descartó totalmente la teoría del homicidio pero aclaró que todavía se aguardan los resultados de la autopsia psicológica para determinar si el sacerdote pudo ser inducido a quitarse la vida.
El padre Juan fue hallado sin vida el 5 de octubre de 2016 en la parroquia Nuestra Señora del Valle de La Florida, donde era párroco que denunciaba numerosas injusticias. “No es marcha ni protesta, sino un llamado a tomar cartas en el asunto, ante la situación difícil que estamos atravesando, situación que nos desborda”, explicó el cura en diálogo con Cadena 3 en 2015, cuando llevó el altar a la calle para hacerse escuchar.
