Diego Costilla, un hombre de 31 años que trabajaba como mozo en un bar del centro de la capital tucumana, falleció en la madrugada del viernes 18 de agosto tras recibir un disparo en un violento asalto al que ni siquiera se resistió. Este sábado lograron detener a “Chanchón”, el principal sospechoso del crimen.
Durante un intenso operativo, la Policía detuvo durante la mañana al principal sospechoso por el homicidio en el barrio 130 Viviendas, a la vuelta de la casa de la víctima.
La Policía detuvo al sospechosos conocido como “Chanchón” en una vivienda cercana a la de la familia Costilla, por lo que los investigadores sospechan que el acusado ultimó a la víctima porque lo reconoció. En el domicilio, además, encontraron $ 5.000 en efectivo y varias motocicletas cuya procedencia se está averiguando.
Costilla regresaba de jugar un partido de fútbol con amigos. Cuando circulaba por la esquina de avenida San Ramón y Rafael Obligado, en El Colmenar, se le acercaron dos jóvenes a bordo de una moto blanca. Estos lo amenazaron con armas de fuego para que detuviera la marcha y le exigieron que entregara el rodado.
Familiares y fuentes de la investigación coincidieron en que Costilla no intentó resistirse. Por el contrario, se bajó de su motocicleta y la entregó a los asaltantes. Pero mientras la víctima se alejaba a pie, los ladrones le dispararon.
Personal del 911 y una ambulancia se presentaron en ese lugar momentos después. Encontraron a Costilla tirado sobre una vereda con un balazo que había ingresado por su espalda y había salido por su estómago. Lo trasladaron de inmediato al Centro de Salud, pero llegó sin vida al hospital.
Costilla vivía en el 130 Viviendas junto a su esposa y a sus dos hijos: un varón de cuatro años y una nena que cumplió ocho esta semana. Era el único sostén económico de su casa.
