Después de que un niño de tres años muriera asesinado de un balazo en la espalda el miércoles pasado en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, manifestantes incendiaron la casa del acusado de ser el autor del crimen.
Familiares, allegados y vecinos se congregaron con carteles que reclamaban “justicia” por Agustín, el nene asesinado, y “más policía” en el barrio. La manifestación comenzó en la Plaza 17 de Agosto, a sólo dos cuadras del lugar por donde Martín Bustamante y su hijo Paulo Agustín de tres años, caminaban cuando fueron abordados por dos adolescentes el miércoles por la noche.
El descontento fue creciendo y no tardarían en pasar a los hechos: se trasladaron hasta la casa del adolescente acusado del crimen y causaron destrozos. Los vecinos prendieron fuego muebles y también un colchón de la vivienda, que en ese momento se encontraba deshabitada.
Sobre el hecho Bustamante contó que el miércoles por la noche había salido a comprar una pizza y en la esquina de las calles Timoteo Gordillo y Victorino de La Plaza, a una cuadra de Camino Negro y a tres de los Tribunales de Lomas de Zamora, los interceptaron los ladrones que “estaban escondidos” detrás de un árbol.
Los asaltantes le robaron la plata y cuando se iban uno de ellos disparó y un balazo impactó en la espalda del nene, quien murió poco más tarde en la Clínica Boedo. “El que tenía el arma se sonrió”, contó Bustamante, de 28 años, quien dijo que en ese momento él llevaba “de la mano” a su hijo.