Daiana Garnica tiene 17 años, es de Alderetes, y fue vista por última vez el pasado sábado 6 de mayo. El fiscal a cargo de la investigación, Claudio Bonari, suma cada vez más indicios para sospechar que su vecino, Darío Suárez, habría planeado la muerte de la adolescente.
La búsqueda liderada en los últimos días por perros de los bomberos voluntarios de Punta Alta, recolectaron nuevas pistas sobre el caso y apuntan directamente hacia Suárez, el hombre que fue la última persona que vio a Daiana. Además, complica a su jefe, sospechado de ser cómplice.
La sospecha más impactante y quizás determinante es que habría existido una relación sentimental entre ambos. “No podemos confirmar nada porque lo estamos investigando para presentar nuestras conjeturas. Hay cuestiones ahí que no nos cierran y queremos analizarlas”, explicó Sergio Pérez, representante legal del padre de la joven.
Los pesquisas creen que Suárez podría haber tenido problemas con sus mujeres por haber iniciado una relación con la adolescente y que eso habría desencadenado el crimen. Esto se suma a que durante la semana pasada había trascendido que Daiana y Carmen Santana, está detenida por esta causa y que sería la amante del principal sospechoso, habrían mantenido un fuerte enfrentamiento en plena vía pública que se habría originado por una cuestión de celos, según trascendió.
Los investigadores no descartan además que la joven haya rechazado a Suárez y que esto haya sido el detonante del homicidio. “No descartamos nada. Estamos tratando de sumar indicios para colaborar con el fiscal. No queremos dar mayores detalles sobre este tema”, agregó Pérez.
El fiscal sigue planteando la hipótesis de que Suárez, mediante engaños, sacó a Daiana de su casa y la llevó a algún lugar donde habría cometido el ataque. Por ahora, esperan los resultados de las pericias para confirmar o descartar que la joven haya sido arrojada a uno de los hornos de las ladrilleras.
Además, se cree que Suárez contó con la colaboración de algunos allegados. Fabián “Sapo” Pacheco, compañero de trabajo, y Juan Mátar, dueño de la ladrillera, son los comprometidos hasta el momento. Hasta el lunes a la noche no había muchos indicios en contra del propietario de la cortada de ladrillos, pero su defensa sufrió un duro golpe cuando los perros que participan de la investigación marcaron el baúl de su camioneta y varias prendas. Los pesquisas creen ahora que la joven podría haber sido trasladada en ese vehículo hasta los hornos de su emprendimiento. “Sapo”, en cambio, dijo que él no había visto a ninguno de los dos el sábado por la tarde.
Además estarían complicadas la esposa del vecino de la adolescente Yanina Alejandra Villarreal, su suegra Juana Rosa Funes y su prima Mavi Castro. Ellas, según las pericias que se realizaron, fueron ubicadas en la ladrillera el día que desapareció Daiana.
Por otro lado, Julieta Jorrat, la abogada defensora de Darío Suárez, asegura que “mi defendido es incapaz de haber realizado algo así”. La letrada afirma que está “tranquila porque si la gente lo conociera no podría creer de todas las acusaciones en su contra“.
La profesional se mostró preocupada por la dirección que está tomando la investigación. “La verdad es que no entiendo la postura del fiscal Bonari. Hemos aportado muchas pruebas para que se demuestre la inocencia de Suárez y hasta el momento no hemos conseguido nada”, explicó la abogada.
Jorrat asegura que en la investigación no existe ni una prueba en contra de su defendido. “Llorando me dijo que es inocente y debo creerle. Todavía falta realizar varias pericias para confirmar o descartar que las prendas que se encontraron pertenezcan a la víctima”, detalló.