Días atrás, hallaron restos biológicos y una pieza de acero quirúrgico en uno de los hornos de ladrillo de la ladrillera donde fue intensamente buscado algún rastro de Daiana Garnica. Según los primeros datos sobre el análisis de estos elementos, no pertenecerían a la joven desaparecida hace ya casi dos semanas.
Las pericias que se realizaron a lo que se presumía podrían ser piezas dentales y el piercing de la joven habrían dado resultados negativos en los estudios realizados en el Laboratorio de la Policía. Estos elementos fueron hallados en uno de los hornos de la ladrillera de Alderetes donde trabajaba Darío Suárez, el principal acusado en el caso.
Sin embargo, no está dicha la última palabra: desde la fiscalía pedirán que se haga un análisis más profundo con especialistas de otra provincia. Además, por otro lado, se insistirá con los rastrillajes. Para esto, se pidió colaboración al ministerio de Seguridad de la Nación y en los próximos días llegarían perros entrenados que colaboraron con el hallazgo del cuerpo de Araceli Fulles.
Daiana salió de su casa del barrio Julio Abraham, en Alderetes, el sábado 6 de mayo y le avisó a su madre, Susana Cisneros, que acompañaría a comprar un regalo a Suárez, vecino y principal sospechoso del caso. La joven no regresó .
Si bien el fiscal Claudio Bonari ya caratuló la causa como privación ilegítima de la libertad seguida de homicidio, todavía no hay un solo rastro de la chica.
El fiscal sospecha que Suárez, de 40 años, abusó de Daiana, de 17, luego la asesinó y se deshizo de sus restos quemándola en el horno de la cortada. El fiscal estima que contó con la colaboración de varias personas, entre las que se encuentra un amigo y compañero de trabajo suyo, Fabián Ernesto “Sapo” Pacheco, y el dueño de la ladrillera, Juan Mátar.