El vicario de la Solidaridad del arzobispado de Tucumán, monseñor Melitón Chávez, afirmó que existe un “desastre humanitario” en La Costanera, un barrio carenciado donde se registraron varias muertes ligadas a las adicciones a la pasta base y otras drogas en niños, adolescentes y jóvenes.
En diálogo con La Gaceta, el sacerdote coincidió con las declaraciones de Dora Ibáñez, fundadora de las Madres del Pañuelo Negro, que días atrás había denunciado públicamente el suicidio de varios jóvenes.
“Creo que existe un desastre humanitario en la Costanera. Entiendo que otras zonas pobres del Gran Tucumán están igual o peor”, observó el párroco de El Salvador.
Para monseñor Chávez, el abordaje estatal carece de profundidad para producir una transformación. Los subsidios, ayudas o programas no consiguen resultados porque no parten de la realidad que tiene el lugar. “Sólo tienen posibilidades de prosperar las intervenciones sensibles con la crisis social y humana que hay en el barrio”, definió.
“Por más que el adicto no se mate, uno ve que está muerto en vida. Esa expresión se ajusta perfectamente porque, como consecuencia de la droga, mueren los vínculos del consumidor y, de una forma u otra, este queda en la calle”, describió el padre Chávez.
Una preocupación de todo el clero
El arzobispo Alfredo Zecca y los sacerdotes de Tucumán presentaron a fines de junio una carta pastoral dirigida a toda la sociedad sobre el avance de la droga y el narcotráfico en la provincia.
El documento, titulado “Consuelen, consuelen a mi pueblo”, llama la atención sobre el drama del consumo de estupefacientes y el narcotráfico, al tiempo que piden un mayor compromiso de las autoridades y de cada tucumano.
“Como sacerdotes de distintas parroquias de la ciudad y del interior de Tucumán, nos encontramos cada día con los rostros del dolor. Son miles. Entre ellos está el de la mamá que nos cuenta entre lágrimas que ha encadenado a su hijo porque no sabe cómo alejarlo de la calle para evitar que se drogue”, manifiestan los pastores tucumanos en un párrafo.
El grupo de sacerdotes afirma que las instituciones están fallando: “Al encontrarnos con la venta impune de drogas y la insensibilidad perversa de quienes ponen veneno en las manos de niños, jóvenes y adultos, nos preguntamos por el accionar de los organismos públicos encargados de combatir y sancionar este delito”.
Foto: La Gaceta