Tres de cada 10 argentinos piensan que las madres que amamantan deberían hacerlo en privado y no se sienten cómodos cuando una mujer lo hace cerca de ellos, en una parada de colectivo o en un shopping.
Así concluyó una encuesta realizada por la Liga de La Leche Argentina (LLLA) y la consultora Voices!, basada en entrevistas domiciliarias a 1.000 hombres y mujeres de todo el país, de 16 años en adelante. Los resultados serán presentados el 5 de agosto, dentro de la Semana Mundial de la Lactancia Materna.
De acuerdo al estudio, la lactancia materna goza de “buena prensa”: el 95% de los argentinos cree que es importante promoverla. Sin embargo, para el 27% de los participantes, las madres que amamantan deberían hacerlo en privado.
¿Por qué genera pudor y rechazo? “Los pechos de la mujer tienen una connotación sexual, erótica, y no son vistos en el sentido del pecho que alimenta a un bebé”, responde a Clarín Florencia Basaldúa, líder de la Liga de La Leche Argentina. Pero el hecho de que nos “choque” no es algo condenable: “No podemos decir está mal que una persona lo sienta así, ya que tiene que ver con parámetros culturales”, opina.
Según la encuesta, sólo el 76% de las personas dice sentirse cómoda cuando una madre amamanta a su bebé cerca suyo en un lugar público, como un shopping o una parada de colectivos. El rechazo es mayor entre los hombres (sólo el 68% se sienten cómodos) que entre las mujeres (el 83% dicen estar a gusto con la situación).
La resistencia aumenta en la Ciudad de Buenos Aires. Sólo el 72% de los porteños dicen sentirse cómodos, mientras que el número es mayor en el Gran Buenos Aires (81%) y en el interior del país (74%). Se explica porque “en la Capital Federal, como en toda gran ciudad, hay una impronta de modernidad, de mujer independiente que sale a trabajar y que da el biberón”, explica Basaldúa.
La percepción de la lactancia como algo “molesto” parece ser socialmente compartido. El 39% de los encuestados opinó que, “en general, a la gente le parece inapropiado que una mujer amamante en público”. Además, el 26% considera que no está bien mostrar mujeres alimentando a sus bebés en los programas de televisión.
En ese punto, aparece una contradicción. Según Constanza Cilley, directora ejecutiva de Voices! y responsable de la encuesta, “resulta llamativo que en una era donde los pechos de la mujer se muestran sin resquemor en todos los medios de comunicación, paradójicamente porcentajes significativos de nuestra población esperen que una mujer tenga que aislarse para amamantar a su hijo, consideren que es inadecuado mostrar a una mujer amamantando en un programa de TV o se sientan incómodos cuando una mujer amamanta en un espacio público”.
Campañas que dan la vuelta al mundo
El debate está instalado en forma global. Por ejemplo, el sábado se hizoThe Big Latch On, un llamado a que mujeres de todo el mundo amamanten en forma simultánea. Grupos de madres se reunieron para hacerlo en conjunto, mientras que otras lo practicaron en soledad, pero compartieron “selfies” en las redes sociales:
También hubo casos particulares que derivaron en grandes acciones. La británica Emily Louise Slough lanzó Free to Feed después de que censuraran en Facebook una foto suya donde amamantaba a su beba. Por su parte, la fotógrafa Vanessa Simmons lanzó la campaña mediáticaNormalize breastfeeding, donde publica imágenes de mujeres dando el pecho para, a través de sus historias, normalizar el acto.
Estas acciones globales y la difusión de encuestas como la realizada en Argentina buscan promover a esta práctica como eje de la salud. Para que se pueda recuperar la cultura del amamantamiento. Para que se hable y que más mujeres se animen. Para que lactancia y trabajo se consideren completamente compatibles. Para que dar la teta deje de ser mala palabra.
Fuente: Clarín / Vanesa López.