El miércoles pasado, cerca de la medianoche, la localidad salteña de Villa Soledad se convirtió en el escenario de una sangriento hecho que provocó miedo y preocupación en los vecinos y en una familia en especial.
Un hombre intentó cometer un femicidio y apuñaló a quienes defendieron a su ex pareja, incluido el hijo ambos. Tras el violento episodio, intentó quitarse la vida.
Domingo Nazr, de 58 años, se separó hace tres años de su esposa María Berta Moyano, de 60. El hombre ejercía violencia de género sobre la mujer, pero la separación no fue suficiente para alejarlo.
“Donde la vea la voy a matar”, le decía con frecuencia a sus vecinos del barrio Pinares, en el municipio de Cerrillos. Todos lso que los conocían sabían sobre las amenazas por las cuales hay denuncias registradas en la Policía y en la Justicia. Por ese motivo María tiene desde hace dos años custodia policial. Sobre Nazr pesa una orden de prohibición de acercamiento.
Sin embargo, pasadas las 23, él saltó la tapia de la casa de María, en la calle J. A Fernández al 1006. Irrumpió en la casa y la sorprendió en el amplio patio interno, en el que funciona una playa de estacionamiento para vecinos de la zona.
Nazr extrajo un cuchillo de gran tamaño de entre sus prendas y la apuñaló en el tórax y en el hombro. María gritó advirtiéndole lo ocurrido a la agente de policía que la custodiaba, Pamela Quispe, de 31 años. La mujer policía defendió a María evitando que el violento sujeto la matara, pero recibió una cuchillada en el abdomen. Las mujeres salieron corriendo de la casa, pero fueron perseguidas por el agresor, quien las alcanzó a unos metros.
El individuo tenía también un revólver con el cual les apuntó y gatilló sin que se produjeran los disparos. Al no lograr su cometido arrojó el arma en el piso. Moyano logró ponerse a salvo pero su hijo, Gastón Nazr, de 26 años, quien vive en el lugar, salió en su defensa, lo que provocó la bronca del atacante que terminó apuñalándolo en la panza para luego atrincherarse en la vivienda.
Varios llamados al 911 efectuados a las 23.16 por vecinos que escucharon los gritos y observaron lo sucedido alertaron a la Policía. Motoristas arribaron al lugar y encontraron a la agente parada en la esquina de la cuadra agarrándose el vientre, sangrando profusamente, e intentando modular por la radio, pidiendo ayuda. “El que me lesionó está con un arma blanca dentro de la casa”, les dijo a sus compañeros. Los motoristas la auxiliaron. Luego, uno de los efectivos ingresó al inmueble para intentar detener al agresor.
Desde el interior del mismo, Nazr gritaba: “Los voy a matar a todos. Me los voy a llevar a la tumba. Ya apuñalé a tres”.
En ese momento, otro motorista entró a la casa y se escondió tras vehículos estacionados en la playa que funciona en el lugar, con el fin de reducir al atacante.
Otros dos motoristas intentaron dialogar con Nazr para que desista de su accionar, pero éste, al verse acorralado, corrió por una puerta trasera que da al playón, extrajo nuevamente el cuchillo de entre sus prendas y se provocó un corte profundo en el estómago y otro en el cuello.
En determinado momento intentó tirarse encima de los dos policías pero el que estaba escondido entre los autos se arrojó sobre él. Hubo un forcejeo hasta que finalmente los tres efectivos lo desarmaron y redujeron.
Los cuatro heridos fueron trasladados en ambulancias al hospital San Bernardo.
Gastón Nazr y la agente Pamela Quispe fueron intervenidos quirúrgicamente en la madrugada del jueves y se encuentran sedados y en estado delicado. El hijo del atacante sufrió una herida de arma blanca en la región abdominal, flanco derecho con evisceración. Mientras que la agente presenta una herida de arma blanca en el tórax lado derecho y lesión abdominal izquierda.
María Moyano permanecía internada en la guardia. Se le diagnosticó una lesión en hemitórax izquierdo y el hombro derecho. Afortunadamente su cuadro no reviste gravedad.
El autor de los delitos permanece internado en la terapia intensiva con pronóstico reservado, en calidad de detenido, con consigna policial tras provocarse una herida de arma blanca en la región abdominal con evisceración.
“Las lesiones que recibieron las víctimas evidencian una violencia inusitada por parte del acusado”, sostuvo el fiscal que intervino en primera instancia en la causa, Rodrigo González Miralpeix, en un comunicado.
“De inmediato se ordenaron las medidas de rigor, de las que participaron personal de la División Homicidios, como así también peritos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), quienes trabajaron en la vivienda a fin de poder levantar los rastros de este violento episodio”, agregó.
El jueves por la mañana, el fiscal penal Pablo Rivero de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, se presentó en el hospital a fin de conocer a fondo el estado de salud de las víctima y la gravedad de las heridas que recibieron. El caso quedó en sus manos.