El 23 de julio comenzó en Tucumán el período de prohibición de actos públicos, de acuerdo al cronograma dispuesto por la Junta Electoral Provincial.
El plazo no es caprichoso. Se impuso en cumplimiento de la ley electoral 7876, vigente en la provincia desde 2007. Persigue el fin de evitar que los candidatos que ya ocupan cargos en el Estado puedan aprovecharse de las obras y proyectos públicos para inducir al electorado.
El arículo 34 de la norma es explícito: “la publicidad de los actos de gobierno durante la campaña electoral, no podrá contener elementos que promuevan expresamente la captación del sufragio a favor de ninguno de los candidatos a cargos públicos electivos. Queda prohibida la inauguración de obras públicas, el lanzamiento de programas, proyectos y cualquier acto de gobierno que pueda promover la captación del sufragio a favor de cualquiera de los candidatos, dentro de los treinta (30) días anteriores a la fecha del comicio”.
Sin embargo, el gobernador José Alperovich jugó al límite durante la última semana. No suspendió sus recorridas por los barrios ni por las obras pùblicas en ejecución. Ni él (candidato a senador), ni el vicegobernador Juan Manzur (se postula a gobernador) ni el ministro de Salud Pablo Yedlin (aspira a la intendencia de la Capital) se privaron de recorrer las obras construidas con los recursos del Estado en cumplimiento de la ley electoral sancionada bajo su propia gestión por los legisladores de su propio riñón.
Lejos de limitar su campaña durante los 30 días finales a los actos y caminatas electorales, los funcionarios no sólo continuaron con la agenda oficial sino también lo publicitaron de manera abierta desde la página web de la Secretaría de Prensa de la provincia.
Esta mañana, Alperovich llegó a la violación lisa y llana de la norma electoral, promoviendo la captación del sufragio durante una recorrida por el nuevo pavimento de la avenida San Martín, en Banda del Río Salí. Aseguró que las economías regionalesmejorarán cuando el precandidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, sea presidente.
El lunes, ya lo anunció el propio gobernador, se inaugurará el último tramo de la ruta 38, que une Aguilares con Alberdi. De acuerdo la legislación, prácticamente ningún miembro del gabinete debería estar presente en el acto.
De cumplirse la ley -todavía puede ocurrir-, los tucumanos estaríamos ante el hecho insólito de que una obra construída con los recursos de los ciudadanos comience a funcionar sin interés electoral. En la colorida provincia de las pancartas y los jingles, todo puede ocurrir. Incluso, que se cumpla la ley.
Por Mariana Romero para Periodico Movil.